18.5.23

EMPRENDEDOR


Por Héctor Corti

    Marisa se incorporó sin querer despertarse. Tenía los ojos apenas entreabiertos. Tanteó en la mesita de luz. Con una mano encontró la levotiroxina y con la otra agarró el vaso de agua. Al disponerse a hacer uso de la hora y pico que le quedaba para seguir durmiendo antes de levantarse para ir a trabajar, vio la luz encendida del otro lado de la mampara que separaba el ambiente en dos. Pese a que el sueño se resistía a darle paso a la vigilia, igual cayó en la cuenta de que Sergio no estaba en la cama. Tampoco podía precisar si se había acostado. La noche anterior, como todas las noches anteriores desde hacía tiempo, habían discutido fuerte por un tema recurrente: la falta de plata seguido de cómo iban a llegar a fin de mes, pagar el alquiler que debían y devolver el préstamo que recibieron de sus suegros para el alquiler del otro mes.