Un grupo de artistas puso en marcha nuevos circuitos de promoción de la lectura con una camioneta equipada de libros. Rumbea a parques, ferias, escuelas, clubes y sociedades de fomento, con el objetivo de que los chicos se acerquen a las letras. “Los más chicos llevan libros con textos que no saben leer y le piden a un adulto que se los lea, al que tienen al lado, a veces ni siquiera al que los acompaña. Y los más grandes se quedan mirando los libros por sus ilustraciones, hay libros con ilustraciones para chicos y grandes con las que te podés quedar horas mirándolas”, explican.
(Por Nahuel Gómez / Agencia NAN) El hecho de que exista la lejanía debería ser motivo suficiente para vivir moviéndose. Moverse es lo que hace este cronista al viajar desde La Matanza hasta San Fernando para concretar esta nota, pero también lo que busca La biblioneta para acercar a los más chicos a la literatura. Se trata de una biblioteca rodante que desde principios de diciembre de 2010 visita parques, ferias, escuelas, clubes y sociedades de fomento. ¿La idea? Estar en movimiento para quitarle la “modorra” a las bibliotecas -e indirectamente a sus potenciales lectores- yendo a espacios a donde no siempre llegan, y también, para rescatar el valor social de la lectura.
El objetivo principal es que los chicos se acerquen a la literatura. Pero no sólo a través de la lectura, sino también con narraciones orales, ilustraciones, música y actuación. Es por esto que los que aportan combustible para encender este fierro cultural son un grupo artistas de distintas disciplinas, liderados por la actriz y narradora Majo Turner. La inspiración de Majo para crear este proyecto no surge de ninguna afición por los motores, ni de nada que se le parezca. La tracción a sangre fue la que impulsó sus neuronas desde el comienzo. Conoció la historia del profesor colombiano Luis Soriano, creador de La biblioburro, quien desde hace años recorre rutas y caminos intransitables de su país repartiendo libros a lomo de sus dos burros, Alfa y Beto. Si bien esta idea la sedujo, la creadora admite, bromeando entre risas, que eligió utilizar una camioneta porque “si iba por la ciudad en burro me tenían que internar”.
La hacedora del proyecto es acompañada por Alejandra Marroquín -también coequiper de Majo en el grupo de narradores Saltimboca-, el actor Nacho Salerno, la cantante y compositora Carina Schmidt, la fotógrafa Ailén Campagnolle -hija de Majo- y el escenógrafo y creador de las ilustraciones que adornan la camioneta, Esteban Siderakis. “La idea es ser pasadores de cultura a través de la música, de las canciones, de los libros, que cada uno con lo que hace intente hacer un pasaje a quien se acerque”, esboza Marroquín el espíritu de la propuesta.
La experiencia de los niños ante La biblioneta abarca más que la simple lectura. Lo que predomina en los espacios donde la camioneta estaciona es la familiarización con el libro, pero no solo por su contenido escrito. “Los más chicos llevan libros con textos que no saben leer y le piden a un adulto que se los lea, al que tienen al lado, a veces ni siquiera al que los acompaña. Y los más grandes se quedan mirando los libros por sus ilustraciones, hay libros con ilustraciones para chicos y grandes con las que te podés quedar horas mirándolas”, ensaya Turner y Marroquín completa: “A mí me parece que más allá de elegir tal o cual libro, lo que los chicos buscan es la escena de compartir el libro”.
Cuando se habla del aprendizaje que llevan los chicos hoy en día, se suele caer en la visión, muchas veces exagerada y carente de fundamento, de que la tecnología va en desmedro de los hábitos de lectura. Ante esto, Marroquín rescata que “hay algo que no se perdió, a pesar de la tecnología, que es la curiosidad que impone la biblioteca”. Agrega: “Se acercan chicos y grandes a ver que hay, la curiosidad no se perdió, por ahí no es tan habitual ir a una biblioteca, por eso está bueno sacar los libros a la calle”.
Lo que incentiva a que los curiosos se acerquen al vehículo es también todo lo que excede pero también integra a la literatura, como el espectáculo musical que se propone desde sus canciones folklóricas Carina Schmidt. “La música siempre reúne, siempre es un nexo y siempre genera curiosidad, sobre todo la música en vivo, encontrarse con el sonido primero y después con los libros suma un ingrediente importante desde el lado de la curiosidad”, esboza.
La intervención artística de la propia camioneta atrae tanto a grandes como a chicos. Las ilustraciones representan paisajes argentinos, se aprecian montañas, cataratas, ballenas, glaciares y mares. “Pareciera como que la camioneta ya viajó. Todos nos preguntan por donde anduvimos, cuando recién estamos empezando. La camioneta propone que ya viene viajando desde hace mucho y, en realidad, esto tiene que ver con nosotros, que venimos viajando juntos desde hace mucho”, destaca Turner.
Fuente: Agencia NAN
Fotografía de Federico Moscoso