24.1.12

LA DIVERSIDAD DESDE LA MIRADA DE LA INCLUSIÓN


Pensar e interrogar críticamente los conceptos de identidad y diversidad es el objetivo del trabajo que viene realizando la doctora Ana Inés Heras, del Irice Conicet. Inicialmente, su tarea se desarrolló en el marco de un proyecto de investigación centrado en el contexto escolar, y luego fue aplicada a otros espacios sociales y educativos. Una mirada diferente que vincula diversidad e inclusión.


(Por Ana Paradiso/Conicet) Una pregunta común que recorre sus trabajos es: ¿cómo se perciben unos a otros los actores que están en un mismo espacio? ¿Cómo operan dichas percepciones en el día a día? Por ejemplo “quienes se encuentran en la escuela provienen de distintos ámbitos y las pertenencias socioculturales que conviven pueden generar grandes tensiones”, explicó la doctora Heras.

Asimismo, agregó “cuando hablo de diversidad hago referencia a las posibilidades que existencialmente cada persona va produciendo, por sus circunstancias de vida. Éstas le permiten mirar y estar en el mundo desde un lugar distinto en cada caso, sea por su momento vital, sea por su origen sociocultural, sea por su condición socioeconómica. Ésta es una noción flexible, dinámica, porque considera que la persona puede ser una en un momento de la vida, y que en otro momento o contexto institucional puede cambiar”.

Esta movilidad es tomada por Ana Heras de la filosofía de Félix Guattarí, y dentro de esa corriente se tiene en cuenta a la “identidad” no como igual a individuo o persona, sino que supone que en una misma persona conviven distintas potencias que se conjugan en un interjuego entre psique y sociedad, al decir también de Corneille Castoriadis.

“Lo que sucede en la historia occidental, y en el capitalismo en particular, es que lo diverso en realidad siempre se vio como diferente y desigual. En este sentido, la filosofía de la deconstrucción, de Gilles Deleuze y Michel Foucault por ejemplo, mostró de qué manera en nuestra vida cotidiana vamos operando para construir la idea de diferencia binariamente, bueno- malo, blanco-negro, y que cada término no tiene significado en sí mismo sino que funciona con su par contrario” explicó la doctora.

El enfoque que trabaja Heras de la diversidad trata de romper con esas ecuaciones primarias y explora si existen otras posibles maneras de percibir la vida. A través de sus estudios en escuelas, y también en situaciones de participación comunitaria, política y social, se formula interrogantes partiendo de suponer que la diversidad puede concebirse en forma sinérgica. Así, si consideramos que la diversidad es sinergia, ¿cuales serían otras ecuaciones posibles? ¿Cómo se construye la diversidad en la vida cotidiana? ¿Cuáles prácticas concretas sostienen la visión de la diversidad como inclusión, como potencia?

Comunicación para la inclusión

Ana Heras participó en varios proyectos de investigación que tuvieron como eje temático la inclusión y la pregunta acerca de la percepción de la diferencia como posibilidad sinérgica e integradora. Uno de los trabajos que realizó partiendo desde esta teoría se llevó a cabo en conjunto por el Conicet, el Instituto de Formación docente de San Pedro, la Universidad Nacional de Jujuy, la Universidad de Santiago del Estero con sede en Jujuy, el Instituto para la Inclusión Social y el Desarrollo Humano y cinco escuelas medias durante los años 2005-2008.

Con respecto a ello, la doctora explicó “en este proyecto la intención fue comenzar a preguntarse cómo entienden los docentes las diferencias para poder generar un clima de comunicación más amigable en las escuelas día a día, y a la vez se trató de profundizar las herramientas con los mismos docentes para aprender a estudiar su propia práctica”.

¿Qué pasa en las escuelas que se generan tensiones, incluso episodios de violencia? Fue el interrogante que presentaban los docentes, y que impulsó la investigación. “Ellos percibían que esto estaba asociado a la diferencia, es decir, consideraban que funcionaba la siguiente ecuación diferencia = desigualdad o maltrato” señaló Heras, y agregó que el interés del grupo que se encargó de desarrollar el estudio residía en comprender esas claves para intentar desarmar la ecuación y poder pensar en esa diferencia como diversidad, sinergia o aporte, y no como exclusión. Para ello sin embargo la doctora apuntó que es preciso primero identificar cómo funcionan las relaciones entre valor y diferencia, ya que en las instituciones como están planteadas actualmente hay una serie de tramas que sostienen día a día esos mecanismos.

Fue por este motivo que el equipo de trabajo estuvo compuesto por instituciones diferentes, en donde cada una de ellas pudo aportar su conocimiento a partir de los dispositivos que se fueron creando en el proyecto, que se planificó y desarrolló como una investigación-acción participativa. Se documentaron situaciones cotidianas de las escuelas a través de observación -tanto por parte de externos a las escuelas como de docentes, directivos y estudiantes de las mismas escuelas- fotografías; documentos audiovisuales; consultas a archivos de las escuelas.

Pudieron dialogar en ese marco docentes, directivos, personal de apoyo de las escuelas, investigadores universitarios y del Conicet, estudiantes de grado y post grado, familias y alumnos de las escuelas medias. Dado que el proyecto tuvo un sostenimiento durante tres años, se fueron creando espacios y momentos para estos diálogos en seminarios y talleres. Los intercambios se fueron dando en función de las etapas del proyecto, y de pensar juntos sobre resultados parciales en cada momento.

Resultados

Llegando al final del trabajo, cada establecimiento educativo hizo hincapié en algo diferente debido a la realidad particular de cada uno. Por ejemplo, en una de las escuelas el eje más fuerte estuvo puesto en la percepción de muchas familias de que los maestros tenían actitudes de discriminación. Entonces, allí se comenzó a organizar encuentros entre familias y docentes que permitieron poner el tema sobre la mesa. Ese paso fue vivido por la comunidad educativa como muy importante, porque se trataba de un tema que estaba “silenciado”, y pudo ponerse al descubierto y ser trabajado, explicó Heras.

En ese caso, la dinámica de las reuniones se asumió como política institucional de la escuela. “A veces los resultados de las investigaciones pueden ser modestos, pero para la vida del día a día de los que conviven en ese espacio significa un paso muy fuerte” destacó al respecto Heras.

Por otro lado, hubo dos escuelas que eran vistas como de menor valor por sus ubicaciones en el espacio social, entonces se centró el eje en la infraestructura escolar. En esas instituciones, docentes, directivos, alumnos y familias, a través de ciertos mecanismos que el proyecto puso en marcha, produjeron materiales audiovisuales como síntesis de una serie de información que permitió poner al descubierto situaciones de injusticia.

De todo el trabajo realizado se desarrolló un conjunto de materiales que consistió en cuadernillos en donde se explican los métodos aplicados, y compact disc con fotos y videos. “Estos recursos le servirán a cualquier docente que se plantee la misma problemática que movió la investigación, la relación de diferencia con la desigualdad percibida por los docentes. Estas herramientas le serán útiles para seguir los pasos que nosotros dimos en el sentido de poder comprender el recorrido completo. No está pensado como una receta, sabemos que cada contexto tiene sus particularidades. Es simplemente un modo de presentar la realidad cotidiana que nos permite pensar en ella otra vez, y ver si es posible articularla de una manera nueva” señaló Heras.

Cabe señalar que el material se encuentra disponible en la Biblioteca del Irice, para ser consultado por el público en general.

Fuente: Conicet