El adecuado control del hábito de fumar en personas que viven con VIH-SIDA debería ser prioritario ya que se trata de una población especialmente susceptible al efecto nocivo del tabaco. Un estudio destaca que, por falta de capacitación, los médicos no emplean estrategias efectivas para desalentar este hábito entre las personas con VIH-SIDA, a pesar de que el tabaquismo causaría “una peor respuesta viral e inmunológica al tratamiento de esa enfermedad”. Indican que la prevalencia de tabaquismo en estos pacientes duplica a la de la población en general.
Un reciente estudio realizado en la Ciudad de Buenos Aires revela la inadecuada ayuda que ofrecen los infectólogos para dejar de fumar a sus pacientes que viven con VIH/SIDA. Esa conclusión se desprende de una encuesta realizada a 128 infectólogos de un hospital universitario, tres clínicas privadas y todos los hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires. El estudio fue coordinado por los doctores Jonatan Konfino y Raúl Mejía del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires y la doctora Adriana Basombrío del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA).
Según explicaron los expertos, el tratamiento antirretroviral altamente efectivo (HAART, según sus siglas en inglés) ha transformado la infección por VIH en una enfermedad crónica tratable.
“Este tratamiento, sin embargo puede ocasionar alteraciones metabólicas como hipercolesterolemia (aumento del colesterol en la sangre) y resistencia a la insulina que aumentan el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares. Como además, la prevalencia de tabaquismo en estos pacientes duplica a la de la población, las personas que viven con VIH presentan con mayor frecuencia patologías coronarias”, destacaron.
Los expertos remarcaron que “por este motivo es de crucial importancia evitar que las personas con VIH fumen o estén expuestas al humo de tabaco dado que la evidencia científica y médica ya comprobó hace varios años que el tabaquismo genera trastornos cardiovasculares que pueden ser mortales.”
Otro motivo de preocupación es que el tabaquismo tendría efectos sobre la inmunidad lo que causaría “una peor respuesta viral e inmunológica al tratamiento del VIH”, subrayó el doctor Konfino a la Agencia CyTA.
“Sería fundamental que los infectólogos se involucren en la cesación tabáquica habida cuanta de que habitualmente se desempeñan como médicos de cabecera de estos pacientes y en consecuencia las personas que viven con VIH/SIDA tienen menos contacto con médicos de atención primaria quienes muchas veces se encargan de la cesación. Hay tratamientos no farmacológicos y farmacológicos efectivos para dejar de fumar, entre los no farmacológicos se destacan las líneas telefónicas de ayuda gratuita (el Ministerio de Salud de la Nación cuenta con la línea 0800 222 1002), los manuales de autoayuda, las terapias cognitivo conductuales, entre los farmacológicos el más recomendado en esta población es la terapia de reemplazo nicotínico. Es importante recordar que el consejo médico para dejar de fumar es clave, ya que aumenta la chance de que el paciente deje de fumar, la cual esta directamente relacionada con el tiempo dedicado al consejo”, agregó
El estudio conducido por los doctores Konfino, Mejía y Basombrío indica que casi el 90 por ciento de los infectólogos recomienda a sus pacientes que dejen de fumar aunque muy pocos son los que utilizan estrategias efectivas como la farmacoterapia o el consejo breve. De acuerdo con los investigadores “la inadecuada capacitación que han recibido los infectólogos en el tema junto con el escaso tiempo que disponen en la consulta parecerían ser las principales barreras para brindar ayuda para dejar de fumar.”
Por otra parte las encuestas indican que el 99 por ciento de los médicos consultados se considera el médico de cabecera de los pacientes de VIH que atienden. Asimismo el 77 por ciento de los profesionales de la salud entrevistados considera que el tratamiento del tabaquismo debería ser una prioridad aunque sólo el 40 por ciento cree que ellos mismos deberían encargarse del tratamiento.
Basándose en los resultados del estudio, Konfino, Mejía y Basombrío consideran que los infectólogos necesitan entrenarse en cesación tabáquica para poder cuidar adecuadamente a sus pacientes. Asimismo destacan que la incorporación del entrenamiento en cesación tabáquica debería ser parte de la carrera de especialización en infectología.
“Hay estrategias efectivas y breves que si se utilizan adecuadamente aumentan en forma significativa las posibilidades de éxito en la cesación tabáquica, medidas que permiten que el paciente con VIH adecuadamente tratado pueda llevar una vida saludable”, afirman los autores del estudio.
“No deberían ser los infectólogos los que únicamente se encarguen del tratamiento ya que muchas veces son múltiples los problemas de salud a los que le tienen que prestar atención en las consultas de las personas que viven con VIH, pero sí deberían tener un rol activo en coordinar y priorizar el proceso de cesación”, concluye Konfino.
Un reciente estudio realizado en la Ciudad de Buenos Aires revela la inadecuada ayuda que ofrecen los infectólogos para dejar de fumar a sus pacientes que viven con VIH/SIDA. Esa conclusión se desprende de una encuesta realizada a 128 infectólogos de un hospital universitario, tres clínicas privadas y todos los hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires. El estudio fue coordinado por los doctores Jonatan Konfino y Raúl Mejía del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires y la doctora Adriana Basombrío del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA).
Según explicaron los expertos, el tratamiento antirretroviral altamente efectivo (HAART, según sus siglas en inglés) ha transformado la infección por VIH en una enfermedad crónica tratable.
“Este tratamiento, sin embargo puede ocasionar alteraciones metabólicas como hipercolesterolemia (aumento del colesterol en la sangre) y resistencia a la insulina que aumentan el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares. Como además, la prevalencia de tabaquismo en estos pacientes duplica a la de la población, las personas que viven con VIH presentan con mayor frecuencia patologías coronarias”, destacaron.
Los expertos remarcaron que “por este motivo es de crucial importancia evitar que las personas con VIH fumen o estén expuestas al humo de tabaco dado que la evidencia científica y médica ya comprobó hace varios años que el tabaquismo genera trastornos cardiovasculares que pueden ser mortales.”
Otro motivo de preocupación es que el tabaquismo tendría efectos sobre la inmunidad lo que causaría “una peor respuesta viral e inmunológica al tratamiento del VIH”, subrayó el doctor Konfino a la Agencia CyTA.
“Sería fundamental que los infectólogos se involucren en la cesación tabáquica habida cuanta de que habitualmente se desempeñan como médicos de cabecera de estos pacientes y en consecuencia las personas que viven con VIH/SIDA tienen menos contacto con médicos de atención primaria quienes muchas veces se encargan de la cesación. Hay tratamientos no farmacológicos y farmacológicos efectivos para dejar de fumar, entre los no farmacológicos se destacan las líneas telefónicas de ayuda gratuita (el Ministerio de Salud de la Nación cuenta con la línea 0800 222 1002), los manuales de autoayuda, las terapias cognitivo conductuales, entre los farmacológicos el más recomendado en esta población es la terapia de reemplazo nicotínico. Es importante recordar que el consejo médico para dejar de fumar es clave, ya que aumenta la chance de que el paciente deje de fumar, la cual esta directamente relacionada con el tiempo dedicado al consejo”, agregó
El estudio conducido por los doctores Konfino, Mejía y Basombrío indica que casi el 90 por ciento de los infectólogos recomienda a sus pacientes que dejen de fumar aunque muy pocos son los que utilizan estrategias efectivas como la farmacoterapia o el consejo breve. De acuerdo con los investigadores “la inadecuada capacitación que han recibido los infectólogos en el tema junto con el escaso tiempo que disponen en la consulta parecerían ser las principales barreras para brindar ayuda para dejar de fumar.”
Por otra parte las encuestas indican que el 99 por ciento de los médicos consultados se considera el médico de cabecera de los pacientes de VIH que atienden. Asimismo el 77 por ciento de los profesionales de la salud entrevistados considera que el tratamiento del tabaquismo debería ser una prioridad aunque sólo el 40 por ciento cree que ellos mismos deberían encargarse del tratamiento.
Basándose en los resultados del estudio, Konfino, Mejía y Basombrío consideran que los infectólogos necesitan entrenarse en cesación tabáquica para poder cuidar adecuadamente a sus pacientes. Asimismo destacan que la incorporación del entrenamiento en cesación tabáquica debería ser parte de la carrera de especialización en infectología.
“Hay estrategias efectivas y breves que si se utilizan adecuadamente aumentan en forma significativa las posibilidades de éxito en la cesación tabáquica, medidas que permiten que el paciente con VIH adecuadamente tratado pueda llevar una vida saludable”, afirman los autores del estudio.
“No deberían ser los infectólogos los que únicamente se encarguen del tratamiento ya que muchas veces son múltiples los problemas de salud a los que le tienen que prestar atención en las consultas de las personas que viven con VIH, pero sí deberían tener un rol activo en coordinar y priorizar el proceso de cesación”, concluye Konfino.