7.7.10

UN CALIDOSCOPIO DE CAPACITACIÓN, CONTENCIÓN Y ESTIMULACIÓN PARA JÓVENES CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL

Calidoscopio es una Asociación Civil Sin Fines de Lucro ubicada en el distrito bonaerense de La Matanza que desde 1994 posibilita la integración social y el desarrollo de sus potencialidades a jóvenes con discapacidad intelectual, mediante la realización de talleres gratuitos para su capacitación, contención, estimulación y recreación. Durante todos estos años, el equipo de trabajo y los jóvenes escribieron cada día una porción de la historia que merece ser más conocida.

Lo primero que cualquier visitante puede percibir al ingresar a la nueva sede de Calidoscopio (Thames 333, Villa Luzuriaga) es mucha alegría y calidez. Esa que irradian las sonrisas de estos 24 jóvenes orgullosos de todo lo que son capaces de hacer en los distintos talleres. También la de sus profesores, que los guían y acompañan en cada uno de los objetivos a alcanzar con verdadero compromiso. Por eso cada pequeño éxito, cada logro, es disfrutado y compartido por todos.

Mariana Bochicchio, una joven licenciada en Trabajo Social que ocupa la dirección en este equipo de profesores especiales y profesionales, es quien cuenta a Neuronas Atentas sobre la filosofía de Calidoscopio, la tarea en los talleres, las decenas de proyectos que quieren desarrollar, y desanda un poco la historia de contratiempos económicos, del desalojo que sufrieron a fin de 2009 y de cómo lograron un espacio físico propio.

“Cada día, en cada taller, en cada trabajo que realizamos con los jóvenes, hacemos especial hincapié en los apoyos que necesitan para tener una vida propia de calidad en relación con los demás, antes que en cualquiera de sus limitaciones. Y esos apoyos son los recursos y las estrategias que utilizamos para promover su desarrollo, educación, intereses y bienestar personal. También consideramos de gran importancia mantener y profundizar vínculos estables y continuos con sus familias y la comunidad”, explica.

En la actualidad a Calidoscopio concurren gratuitamente 24 jóvenes que tienen entre 19 y 37 años, divididos en los turnos mañana y tarde, quienes de lunes a viernes participan en los talleres de Radio, Arte, Cocina, Aerobic, Educación Física, Comunicación Audiovisual, Folklore, Huerta y Jardinería, Expresión Corporal, Computación, Murga, Música y Actividades de la Vida Diaria. Y proyectan aumentar progresivamente las vacantes hasta las 50 ó 60, debido a la gran cantidad de demandas que tiene en lista de espera.

“Los talleres se fueron armando por el pedido de ellos mismo. Son actividades que cualquier joven con sus edades estaría haciendo de forma natural, pero que la mayoría de ellos no lo tienen como propuesta en ningún otro lado. Algunos de los que concurren no tuvieron la suerte de acceder a otro tipo de educación. Además muchos tienen problemas económicos o no tienen obra social. Por eso nosotros destacamos que en Calidoscopio hacemos un servicio comunitario”, remarca Mariana.

Uno de los problemas que afrontan los jóvenes con discapacidad intelectual es que en algunos casos están en sus casas sin recibir ningún tipo de estimulación. Y entre los que logran ser escolarizados, también se encuentran que no tienen proyecto de futuro cuando egresan.
 
“Nosotros no trabajamos el tema del egreso, porque en realidad tampoco se nos presentó hasta el momento. Aquí nuestros jóvenes tienen su grupo de pertenencia, comparten un espacio, se relacionan y desarrollan sus potencialidades. Uno de los espacios donde vamos notando sus progresos es en el de Actividades de la Vida Diaria. Ahí incorporan cuestiones como el aseo, el arreglo personal, los cuidados y otros aprendizajes por el que aumentan su autonomía y mejoran la calidad de vida”.

“Otro aspecto es la promoción de actividades socioculturales de integración como torneos deportivos, muestras de arte, encuentros de intercambio, salidas y paseos, campamentos, excursiones o peñas para fortalecer los lazos grupales, el trabajo en red y el contacto con la comunidad”, agrega.

Los jóvenes desarrollan proyectos laborales no productivos, tales como: "Delicias del Calidoscopio", en donde ellos mismos elaboran dulces, conservas y productos de panadería y repostería.

En el Taller Especial Calidoscopio existe un área de Ayuda Directa, que en la actualidad la conforman 28 familias que tiene algún integrante con discapacitado intelectual, quienes reciben mercadería para la merienda, ropa, y además participan en charlas con profesionales sobre como resolver o prevenir diversos problemas.

Al abordar el tema económico, Bochicchio explica las dificultades que tiene esta Asocación Civil para llevar adelante su trabajo ya que sus ingresos solo provienen de la Cooperadora (que pagan solo los que pueden), de los Padrinos Solidarios (quienes hacen un aporte voluntario), del esfuerzo de la Comisión de Padres y de algunos subsidios que, generalmente, provienen de la secretaría de Desarrollo Social nacional y la del distrito de La Matanza.

El principal desafío -en términos económicos- que se le presentó a Calidoscopio fue a fin de 2009 porque la Obra Salesiana de Don Bosco no le renovó el contrato de alquiler de la sede que tenían en Ramos Mejía. Por eso, durante ese año iniciaron una intensa campaña denominada “Comprá un metro cuadrado para Calidoscopio”, con el objetivo de conseguir que 700 personas aporten 450 pesos –el valor fijado para el metro cuadrado-, para construir un lugar propio.

“El proyecto parecía muy loco. Pero el apoyo que recibimos de muchísima gente lo hizo posible. Ahora tenemos nuestra casa propia, aunque todavía tenemos que pagarla”, cuenta Mariana Bochicchio con una amplia sonrisa.

Calidoscopio consiguió en comodato por 30 años (con fines de adquirirlo) el terreno que ocupa en Thames 333, y con el dinero que fueron juntando pudieron pagar parte de los materiales que les permitió concretar la construcción del edificio que tiene cinco aulas, una amplia cocina-comedor, baños, sala de profesores, gabinetes para los profesionales y un patio con espacio para la huerta.

“Todavía debemos un montón de plata. Pero las personas nos tienen una gran confianza. Saben que nosotros siempre afrontamos los compromisos. Y por suerte, hay gente que se sigue sumando. Para saldar la deuda todavía mantenemos la campaña ‘Comprá un metro cuadrado para Calidoscopio’, y por supuesto, la de los Padrinos Solidarios. Además, quiero destacar a todos los que aportaron su trabajo en forma gratuita y a los que contribuyeron de una manera u otra. Sin todo esto, jamás este sueño se hubiera convertido en realidad”, finaliza Mariana.

Quiénes quieran conocer más sobre la Asociación Civil Calidoscopio, pueden ingresar a la página de Internet www.tallercalidoscopio.jimdo.com, contactarse al teléfono (011) 4645-0683 o al correo electrónico tecalidoscopio@hotmail.com.