Cómo manipular los alimentos, qué conductas tener antes y durante la comida así como la higiene bucal son algunos de los hábitos que se aprenden de chico. Docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabajaron con chicos vulnerables en comedores del barrio isleño de Alto Verde, en Santa Fe.
Son unos 125 chicos de entre dos y cinco años los que asisten regularmente a cuatro comedores del barrio santafesino de Alto Verde. Además de alimentarse, al compartir la mesa incorporan hábitos de nutrición e higiene. Para colaborar con la salud de los chicos en una edad de gran vulnerabilidad, un grupo de docentes y estudiantes extensionistas de la ahora Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabaja con el personal de los comedores, los chicos y sus padres para fortalecer los hábitos de higiene y así lograr una nutrición infantil saludable.
El equipo está integrado de manera interdisciplinaria con psiquiatras, nutricionistas, asistentes sociales y médicos.
“El simple hecho de lavarse las manos previene la neumonía”, ejemplificó el médico pediatra Ricardo Capdevielle de la UNL. Según detalló, existen innumerables patologías relativas o secundarias a la higiene. “Las más comunes son diarreas y bronquitis, pero también hay riesgo de leptospirosis y parasitosis”, agregó en una nota publicado en el portal de la UNL.
“Trabajamos con los chicos más vulnerables que es la franja de edad que va desde el abandono de la lactancia y la alimentación de bebé hasta el ingreso a la escuela, a los cinco años”, detalló el médico que dirige el proyecto de extensión universitaria.
Los primeros cinco años son cruciales en el desarrollo neurológico de las personas y por ello el trabajo apunta a esa población. “Además, se trata de la edad en la que es más fácil cambiar conductas, a diferencia de chicos del doble de edad que ya tienen sus hábitos y costumbres arraigadas”, destacó Capdevielle.
El trabajo
En una primera instancia, los miembros del equipo de la UNL evaluaron el tipo de alimentación ofrecida en cuatro comedores: uno de la vecinal y tres correspondientes al movimiento de los Sin Techo. Además, se observó el comportamiento de los niños, sus hábitos alimentarios y de higiene así como el rol de los padres tutores en el tiempo de la comida. Finalmente, los estudiantes tomaron medidas para valorar el estado nutricional de los chicos, esto fue posible gracias al trabajo coordinado con el Centro de Atención Primaria de la Salud “Don Demetrio Gómez”.
Una vez relevado el estado de los niños y las instituciones, trabajaron en distintas estrategias acordes a la diversidad de públicos. Así, utilizaron juegos y recursos lúdicos para enseñar a los chicos el correcto lavado de manos, el uso de los utensilios y el comportamiento durante la comida. “Cada chico recibió un cepillo de dientes y bolsitas con su nombre para dejar sus utensilios. Esto ayuda mucho porque el chico se apropia de esos elementos y asume que son de uso personal”, analizó.
También trabajaron con el personal de los comedores y ofrecieron capacitación sobre manejo seguro de los alimentos y estrategias para la elección de los alimentos en cantidad y calidad según la edad de los niños.
Fase Final
El proyecto se ejecutó a lo largo de 2010 y actualmente se encuentra en la última etapa. Los docentes y alumnos trabajan en la elaboración de una guía para distribuir en los comedores que condense la información ofrecida en las capacitaciones.
Son unos 125 chicos de entre dos y cinco años los que asisten regularmente a cuatro comedores del barrio santafesino de Alto Verde. Además de alimentarse, al compartir la mesa incorporan hábitos de nutrición e higiene. Para colaborar con la salud de los chicos en una edad de gran vulnerabilidad, un grupo de docentes y estudiantes extensionistas de la ahora Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabaja con el personal de los comedores, los chicos y sus padres para fortalecer los hábitos de higiene y así lograr una nutrición infantil saludable.
El equipo está integrado de manera interdisciplinaria con psiquiatras, nutricionistas, asistentes sociales y médicos.
“El simple hecho de lavarse las manos previene la neumonía”, ejemplificó el médico pediatra Ricardo Capdevielle de la UNL. Según detalló, existen innumerables patologías relativas o secundarias a la higiene. “Las más comunes son diarreas y bronquitis, pero también hay riesgo de leptospirosis y parasitosis”, agregó en una nota publicado en el portal de la UNL.
“Trabajamos con los chicos más vulnerables que es la franja de edad que va desde el abandono de la lactancia y la alimentación de bebé hasta el ingreso a la escuela, a los cinco años”, detalló el médico que dirige el proyecto de extensión universitaria.
Los primeros cinco años son cruciales en el desarrollo neurológico de las personas y por ello el trabajo apunta a esa población. “Además, se trata de la edad en la que es más fácil cambiar conductas, a diferencia de chicos del doble de edad que ya tienen sus hábitos y costumbres arraigadas”, destacó Capdevielle.
El trabajo
En una primera instancia, los miembros del equipo de la UNL evaluaron el tipo de alimentación ofrecida en cuatro comedores: uno de la vecinal y tres correspondientes al movimiento de los Sin Techo. Además, se observó el comportamiento de los niños, sus hábitos alimentarios y de higiene así como el rol de los padres tutores en el tiempo de la comida. Finalmente, los estudiantes tomaron medidas para valorar el estado nutricional de los chicos, esto fue posible gracias al trabajo coordinado con el Centro de Atención Primaria de la Salud “Don Demetrio Gómez”.
Una vez relevado el estado de los niños y las instituciones, trabajaron en distintas estrategias acordes a la diversidad de públicos. Así, utilizaron juegos y recursos lúdicos para enseñar a los chicos el correcto lavado de manos, el uso de los utensilios y el comportamiento durante la comida. “Cada chico recibió un cepillo de dientes y bolsitas con su nombre para dejar sus utensilios. Esto ayuda mucho porque el chico se apropia de esos elementos y asume que son de uso personal”, analizó.
También trabajaron con el personal de los comedores y ofrecieron capacitación sobre manejo seguro de los alimentos y estrategias para la elección de los alimentos en cantidad y calidad según la edad de los niños.
Fase Final
El proyecto se ejecutó a lo largo de 2010 y actualmente se encuentra en la última etapa. Los docentes y alumnos trabajan en la elaboración de una guía para distribuir en los comedores que condense la información ofrecida en las capacitaciones.