29.5.11

PROYECTO VERGEL: “NO INTENTAMOS LLEVAR EL DOLOR A LA PINTURA”

Las artistas plásticas Florencia Rodríguez Giles y Catalina León recorren dos veces por semana los pasillos y las habitaciones del Hospital Gutiérrez. Con sus libros, óleos y bastidores en mano invitan a los niños y jóvenes internados a introducirse en un “universo compartido”, un instante de creación, a través de la pintura para salir de la rutina sanitaria y conocer en profundidad múltiples caminos de intimidad e imaginación.

(Por Lola Kuperman/Agencia NAN).- Proyecto Vergel nació oficialmente en marzo de 2010, cuando Flor se sumó a lo que venía construyendo Cata. Dos veces por semana, las artistas recorren el área de cuidados paliativos del Hospital Gutiérrez abarrotadas de libros de arte, óleos y bastidores para pintar junto a los niños y adolescentes internados. “El cuadro se vuelve un universo compartido, y por unas horas se vuelve todo nuestro mundo”, asegura Catalina León antes de que Florencia Rodríguez Giles agregue: “Es una instancia en la cual ellos hacen y son otra cosa que su enfermedad”.

Las jóvenes se formaron académicamente y llevan varias muestras en su haber. Ambas acuerdan que un posible rol del artista dentro la sociedad es en el ámbito de la salud, y que Proyecto Vergel se está consolidando con el nivel de compromiso necesario para instalarse y no irse más. En la experiencia que brindan a los chicos, de alegría y de descubrirse a sí mismos como pintores, aseguran en una charla con Agencia NAN que siempre hay algo de amistad en lo que hacen, y que finalmente son ellas las que les deberían agradecer a los chicos por permitirles entrar a su intimidad y a su imaginación.

A lo largo del año pasado, realizaron en el hospital obras colectivas, resultado de los pinceles de distintos pequeños artistas; y desde el lunes, estas pinturas encontraron un lugar de exposición: las creaciones estarán disponibles hasta el 6 de junio en Cecilia Caballero Arte Contemporáneo (Av. Alvear 1761, local 9, Ciudad de Buenos Aires).

- ¿Por qué Vergel? ¿Cómo surgió la palabra?

Florencia Rodríguez Giles: - Estábamos buscando algo aleatorio, bello, múltiple. Hicimos la lista de palabras y nos resonó.

Catalina León: - Hay muchas cosas de salud y bienestar relacionadas, la palabra es apropiada también con la vitalidad y la alegría. A la vez, se relaciona con nuestro trabajo que va creciendo como un jardín, como la relación de chico con su obra.

- ¿La esencia del proyecto es la intimidad, el uno a uno?

F.R.G: - Sí, el encontrarse un humano con otro humano y que cada encuentro genere algo particular. Siempre intentamos ir a lo más profundo que se pueda dentro de nuestras posibilidades y de lo quiera o habilite el chico.

C.L.: - También es una experiencia de amor, de crear y divertirse, y al igual que hacerse amigos, siempre es diferente. Intentamos que tengan un encuentro con cada una por semana, es interesante que pinten con dos personas que tengan una visión diferente del arte, donde no existe un “bien” y un “mal”.

- ¿Cómo viven ellos la primera aproximación a la pintura?


C.L.: - Les encanta, les divierte, les hace bien, quieren que después los familiares y los enfermeros vean las obras. Les llevamos libros de arte y eso les abre los ojos. Si vemos que lo están haciendo de manera automática, se lo marcamos: no todo se lo festejamos. Si vemos que lo están haciendo muy bien, quizás les exigimos un poco más.

F.R.G.: - Pretendemos llevarlos a lugares que no sean lo obvio del colegio. Lo más importante para mí es no tener un plan y no saber cómo dar la pintura. Proponer esa idea, que pintar puede ser un enigma y no saber si el cielo va a ir arriba o abajo.

- ¿Apuntan a que aprendan a pintar solos bajo esta concepción?


F.R.G.: - Sí, desde un principio. Aunque muchas veces es muy difícil porque la familia no ayuda porque no tiene un sentido externo o porque no tiene recursos. Ahora tenemos kits de pintura para darles y vemos casos que ya pintan por su cuenta.

C.L.: - Para ellos es un momento de alegría, de satisfacción consigo mismos y también, un terreno donde tienen mayor libertad para tomar decisiones en la situación restringida que viven al estar hospitalizados. Una vez estábamos con un chico haciendo un cuadro que no sabíamos para donde iba, era un delirio. De repente, decidió poner un personaje y un oso y se armó un cuadro con el estaba muy orgulloso. Es tan bello ver que se sorprendan de cómo llegan a lo que llegan con la pintura.

- ¿Bajo qué rotulo se plantean frente a los chicos?

F.R.G.: - La idea tiene que más ver con ser cómplices y hacer una obra juntos. Como si se juntaran dos artistas, aunque obviamente después los guíes y les enseñes técnicas.

C.L.: - Antes de ser profesoras, la base de todo es el acompañamiento. Un encuentro entre dos seres humanos, uno en una condición muy diferente del otro, aunque siempre con la consciencia que nosotras podríamos estar en esa situación.

- ¿Cómo se relacionan con la enfermedad?


C.L.: - No nos súper interiorizamos, porque sino sería más difícil apuntar a su parte vital. No negamos su situación médica, y si el chico quiere hablar lo puede hacer con total libertad. No nos metemos en ese terreno porque no es algo que nos pueda servir para hacer mejor lo que hacemos. Aunque en el primer encuentro siempre les preguntamos por qué están internados, para saber hasta dónde quieren que nosotras sepamos.

- ¿Qué relación encuentran entre la obra finalizada y la situación personal de cada niño?

F.R.G.: - La pintura es un lenguaje en sí mismo. Es difícil saber cuánto están expresando porque no se trata de representar un sentimiento, sino un modo propio de hacerlo.

C.L.: - Pocas veces se ve una relación clara entre la imagen y su situación. Aunque por ejemplo, un niño que pinta mucho accidentes en las vías del tren o que las casas estén a salvo de los rayos, evidentemente está proyectando la situación de peligro que siente sobre su enfermedad.

- ¿Cómo se diferencia Proyecto Vergel del Arte terapia?


F.R.G.: - Nosotras no intentamos llevar el dolor a la pintura. El arte es terapéutico para cualquiera que agarre un pincel, es una herramienta. Lo que nosotras hacemos no está conducido a una relación con su enfermedad o a encontrarse con determinados fantasmas.
C.L.: - No vamos con la idea que eso los va a curar, si no simplemente proponerles pintar. Nuestro objetivo es que se descubran como artistas y que tengan otra calidad de encuentro consigo mismos.

- ¿Una acuarela jamás puede hacer mejor que un remedio?

C.L.: - Les puede hacer mejor, pero en general son situaciones de mucho dolor físico y no es un capricho que se ponen a llorar.

F.R.G.: - Hace poco una nena que estaba llorando del dolor, y cuando se puso a pintar, se olvidó y cuando terminó, empezó a llorar de nuevo. Los despeja, pueden hacer otra cosa, pero su cotidianeidad está siendo llorar porque les duele.

- ¿Y si el dolor supera las ganas de pintar?

C.L.: - Ofrecemos hacerles Reiki, masajes en los pies o quedarnos al lado dándoles la mano, acompañándolos. La primera pregunta es siempre si prefiere que nos vayamos, ante todo respetar su situación de dolor y de intimidad.

F.R.G.: - Aunque cuando dicen que no, generalmente es que nunca pintaron con nosotras.
Hay muchos casos de chicos o chicas que a pesar del dolor, se ponen a pintar.

- ¿Cómo viven el proyecto a nivel personal?

C.L.: - Causa mucha admiración. Pienso realmente que hay almas grandes, seres que tienen algo de extraordinario. Me veo a mí en esa situación de dolor y no sé si tendría la voluntar para pintar. Nos revitaliza y, a la vez, es una toma de consciencia, de responsabilidad hacia la vida.

F.R.G.: - Inevitablemente resignifica tu propio dolor: la regla para medir, el parámetro favorable y desfavorable, se corre. Hacer cotidiano el hospital no es naturalizar, pero sí aceptar que muchos se mueren. Al igual que les proponemos a los chicos que no automaticen la pintura, nosotras tampoco tenemos formateado cómo nos relacionamos con la muerte, es una pregunta que hay que darle lugar. ¿Qué es estar enfermos? ¿Qué es hacer arte en estas condiciones?

-¿Lo consideran como un trabajo?

F.R.G.: - Definitivamente, tenemos ganas que sea un medio de vida para nosotras porque lo estamos haciendo con ese nivel de compromiso. Queremos que el arte sea una herramienta más de la salud y que pueda ser un posible rol del artista dentro de la comunidad.

C.L.: - Por el momento, lo venimos haciendo prácticamente gratis y es difícil sostenerlo en el tiempo. Tuvimos del apoyo del Centro Cultural España que nos ayudó para armar la página web. Los bastidores de Seurat y las pinturas de Eterna que nos donan posibilitan el proyecto. Si no, sería imposible.

- ¿Qué planes tienen a futuro?

F.R.G.: - Queremos pintar el hospital, transformar la visión cotidiana que tiene como institución, y en un futuro, que cada pieza pueda estar diseñada por un artista. También, nos gustaría ir al Garraham. Tenemos ganas de profundizar en el trabajo con chicos y adolescentes.

C.L.: - El desafío ahora es quizás donde somos más discapacitadas, que es conseguir plata. Ahora estamos realizando una muestra que llamamos colectivas, porque un chico empieza una obra y otros la siguen. La venta de las pinturas nos ayudará a seguir desarrollando el proyecto.

- ¿Observan un cambio formal en su pintura?


F.R.G.: - Acabo de hacer una muestra, los chicos me hicieron agarrar un pincel después de diez años. Para mÍ, todo forma herramientas de conocimiento, una puede ser pintar, otra meditar y otra ir al hospital.

C.L.: - Mi cambio fue en relación a mi trabajo, porque también Proyecto Vergel emerge dentro de una búsqueda nuestra. No vamos a ayudar nosotras que estamos bien y sanas. A nosotras nos interesa tener esa experiencia porque nos nutre, nos enriquece, nos cuestiona, hay un intercambio. Son ellos los que nos dan la posibilidad de estar acompañándolos, los que nos dejan entrar a su intimidad y nos dan su tiempo.

Foto: Proyecto Vergel