Plaguicidas domésticos, lavandina o alcohol de quemar son compuestos que se encuentran en cualquier casa. Estos productos y los diversos usos que se les dan en el ámbito del hogar conllevan una peligrosidad que no siempre se tiene en cuenta de forma adecuada. Docentes de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) capacitan a maestros y agentes de salud sobre cómo manipularlos y el uso correcto para evitar intoxicaciones.
Para mantener limpio el hogar se utilizan productos que representan un riesgo de toxicidad para la familia. Al no contemplar medidas de seguridad, mezclar distintos compuestos o usarlos para fines alternativos, el riesgo aumenta. “Se habla mucho de plaguicidas en relación a los agroquímicos, pero hay también un uso doméstico al que no se le presta demasiada atención y expone a la familia a un contacto directo con productos tóxicos”, señaló a InfoUniversidades María Inés Maitre, docente de la UNL.
Para concientizar a la población e instarla a la adopción de medidas de seguridad, se encaran actividades de extensión universitaria. Se trata de una capacitación dirigida tanto a docentes de escuelas de Alto Verde como a agentes de salud del centro de atención del barrio.
¿Cómo prevenir?
Algunas prácticas de limpieza se encuentran muy arraigadas, y modificarlas a favor de la seguridad no es tarea fácil. “La gente cuando ve que un producto mata todo, cree que es fantástico. Son compuestos que están sintetizados para producir la muerte de un ser vivo; a veces no pensamos que nosotros también somos seres vivos”, analizó Maitre.
El hecho de combinar agua lavandina con detergente es una de esas prácticas recurrentes. “Deben usarse por separado porque no sólo genera gases tóxicos sino que, además, se pierde la capacidad bactericida de la lavandina”, detalló.
Del mismo modo, es fundamental conocer cómo reaccionar ante una intoxicación. “La primera acción es ir a un centro de salud sin dar leche o hacer vomitar porque puede ser contraproducente. Está totalmente contraindicado tomar leche porque tiene grasa y muchos compuestos se absorben en grasa”, enfatizó Maitre.
Además, se destaca la necesidad de disponer de los números telefónicos de los centros de referencia locales para comunicarse en caso de emergencia, ya que los datos que incluyen los envases corresponden, mayormente, a la ciudad de Buenos Aires.
Otro de los temas es el almacenamiento de los productos. Alumnos de la cátedra relevaron dónde se conservan y exponen en los comercios. “Si bien en los supermercados y los lugares grandes están separados de los alimentos, en los barrios está la costumbre de vender fraccionados los productos de limpieza. En esos casos, no hay certeza sobre qué se está comprando o cómo se manipula”, contó la investigadora.
Tomar conciencia
El trabajo se desarrolla en el barrio isleño en dos etapas. En una primera instancia, los estudiantes realizaron una encuesta acerca del uso de plaguicidas y otros tóxicos en el hogar, así como antecedentes de intoxicaciones.
Para mantener limpio el hogar se utilizan productos que representan un riesgo de toxicidad para la familia. Al no contemplar medidas de seguridad, mezclar distintos compuestos o usarlos para fines alternativos, el riesgo aumenta. “Se habla mucho de plaguicidas en relación a los agroquímicos, pero hay también un uso doméstico al que no se le presta demasiada atención y expone a la familia a un contacto directo con productos tóxicos”, señaló a InfoUniversidades María Inés Maitre, docente de la UNL.
Para concientizar a la población e instarla a la adopción de medidas de seguridad, se encaran actividades de extensión universitaria. Se trata de una capacitación dirigida tanto a docentes de escuelas de Alto Verde como a agentes de salud del centro de atención del barrio.
¿Cómo prevenir?
Algunas prácticas de limpieza se encuentran muy arraigadas, y modificarlas a favor de la seguridad no es tarea fácil. “La gente cuando ve que un producto mata todo, cree que es fantástico. Son compuestos que están sintetizados para producir la muerte de un ser vivo; a veces no pensamos que nosotros también somos seres vivos”, analizó Maitre.
El hecho de combinar agua lavandina con detergente es una de esas prácticas recurrentes. “Deben usarse por separado porque no sólo genera gases tóxicos sino que, además, se pierde la capacidad bactericida de la lavandina”, detalló.
Del mismo modo, es fundamental conocer cómo reaccionar ante una intoxicación. “La primera acción es ir a un centro de salud sin dar leche o hacer vomitar porque puede ser contraproducente. Está totalmente contraindicado tomar leche porque tiene grasa y muchos compuestos se absorben en grasa”, enfatizó Maitre.
Además, se destaca la necesidad de disponer de los números telefónicos de los centros de referencia locales para comunicarse en caso de emergencia, ya que los datos que incluyen los envases corresponden, mayormente, a la ciudad de Buenos Aires.
Otro de los temas es el almacenamiento de los productos. Alumnos de la cátedra relevaron dónde se conservan y exponen en los comercios. “Si bien en los supermercados y los lugares grandes están separados de los alimentos, en los barrios está la costumbre de vender fraccionados los productos de limpieza. En esos casos, no hay certeza sobre qué se está comprando o cómo se manipula”, contó la investigadora.
Tomar conciencia
El trabajo se desarrolla en el barrio isleño en dos etapas. En una primera instancia, los estudiantes realizaron una encuesta acerca del uso de plaguicidas y otros tóxicos en el hogar, así como antecedentes de intoxicaciones.
Los datos obtenidos muestran que, respecto al tipo de plaga detectado en el hogar, los entrevistados informaron: ratas (93%), cucarachas (90%), mosquitos (91,2%), moscas (85,7%), hormigas (87,3%), piojos (76%), sarna (50%), pulgas (76%) y otros (77,8%). La percepción respecto a la peligrosidad de los productos fue muy variada, entre el 29,7% y el 58,7%.
Se desarrollarán actividades de capacitación de docentes y agentes de salud entendidos como multiplicadores para recalcar la importancia del cuidado de la salud en el ámbito familiar y escolar respecto a esta problemática.
Se desarrollarán actividades de capacitación de docentes y agentes de salud entendidos como multiplicadores para recalcar la importancia del cuidado de la salud en el ámbito familiar y escolar respecto a esta problemática.