La combinación del conocimiento, las ganas de utilizarlo en cuestiones concretas, la capacidad de inventiva y el sentido solidario aparece como la fórmula para armar un bipedestador, aparato que permite incorporar y movilizarse a una persona con discapacidad motriz, que aplicó un grupo de alumnos de la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº 4 “Juan Manuel Fangio” de San Justo, en el distrito bonaerense de La Matanza .
(Por Héctor Corti) El prototipo creado por estos pibes que tienen entre 16 y 18 años fue exhibido y recibió el elogio de los visitantes de la Expo Proyecto UNLaM 2011, realizada la última semana por el Departamento de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Matanza.
“Lo armamos en cinco días. Nos llevó cerca de 35 horas de trabajo. Partimos de un esquema que habíamos ideado y a medida que lo fuimos construyendo solucionamos los inconvenientes y las fallas que se presentaban”, explicó Cristian Reich uno de los integrantes del grupo que también componen Emmanuel Deheza, Leonardo Cantero, Nicolás Esteche, Luciano Grosso, Pedro Astrada, Hernán Correa, Facundo Vitale y Joaquín Romero.
La idea de construirlo surgió a partir de conocer a una persona que estaba lisiada, que necesitaba movilizarse y no tenía los recursos necesarios para comprarlo. A partir de ahí apareció el gesto solidario de estos jóvenes que decidieron sumarse al proyecto para ayudarla.
“El bipedestador que creamos sirve para que una persona lisiada, que está en silla de ruedas, pueda estar parada y movilizarse”, contó Emannuel
Al consultarlos sobre como funciona, Leonardo tomó la posta y trató de graficarlo en términos sencillos. “Básicamente es un sistema de cilindro hidráulico similar al de los cricket de los automóviles. La persona mediante una perilla cierra la válvula y se eleva utilizando una palanca que está al costado”.
A la explicación se sumó Emannuel, quien agregó que “la persona se ubica en el asiento y al accionar la palanca funciona el sistema que la va elevando y llevando hacia adelante hasta quedar totalmente incorporada. Esto es para hemipléjicos, pero también la probamos con un semicudripléjico, que no sentía nada de la cintura para abajo”.
Al estar erguida, la persona que utiliza el bipedestador puede mejorar su sistema circulatorio y digestivo. Además lo ayuda en lo psicológico, porque gana independencia y realiza una serie de actividades que antes no podía.
“Uno de los aspectos fundamentales es que además se moviliza mediante los volantes que están a los costados como lo hacía con la silla de ruedas, pero ahora parada. Esto funciona mediante un sistema de poleas”, remarcó Cristian.
Los jóvenes comentaron que la construcción de este prototipo lo financió la cooperadora del colegio y adelantaron que piensan seguir perfeccionándolo, pero también construir otro tipo de implementos como adaptaciones de las pedaleras de los autos para discapacitados, bastones y silla de ruedas.
Respecto a los motivos que los movilizó a enfocar el proyecto hacia las personas con discapacidad, Emmanuel respondió: “A veces hay mucha discriminación. Nos parece que no se les da demasiada importancia a sus necesidades. Se las deja de lado y se piensa muy poco en como resolver las dificultades que tienen para mejorarle la calidad de vida”.
(Por Héctor Corti) El prototipo creado por estos pibes que tienen entre 16 y 18 años fue exhibido y recibió el elogio de los visitantes de la Expo Proyecto UNLaM 2011, realizada la última semana por el Departamento de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Matanza.
“Lo armamos en cinco días. Nos llevó cerca de 35 horas de trabajo. Partimos de un esquema que habíamos ideado y a medida que lo fuimos construyendo solucionamos los inconvenientes y las fallas que se presentaban”, explicó Cristian Reich uno de los integrantes del grupo que también componen Emmanuel Deheza, Leonardo Cantero, Nicolás Esteche, Luciano Grosso, Pedro Astrada, Hernán Correa, Facundo Vitale y Joaquín Romero.
La idea de construirlo surgió a partir de conocer a una persona que estaba lisiada, que necesitaba movilizarse y no tenía los recursos necesarios para comprarlo. A partir de ahí apareció el gesto solidario de estos jóvenes que decidieron sumarse al proyecto para ayudarla.
“El bipedestador que creamos sirve para que una persona lisiada, que está en silla de ruedas, pueda estar parada y movilizarse”, contó Emannuel
Al consultarlos sobre como funciona, Leonardo tomó la posta y trató de graficarlo en términos sencillos. “Básicamente es un sistema de cilindro hidráulico similar al de los cricket de los automóviles. La persona mediante una perilla cierra la válvula y se eleva utilizando una palanca que está al costado”.
A la explicación se sumó Emannuel, quien agregó que “la persona se ubica en el asiento y al accionar la palanca funciona el sistema que la va elevando y llevando hacia adelante hasta quedar totalmente incorporada. Esto es para hemipléjicos, pero también la probamos con un semicudripléjico, que no sentía nada de la cintura para abajo”.
Al estar erguida, la persona que utiliza el bipedestador puede mejorar su sistema circulatorio y digestivo. Además lo ayuda en lo psicológico, porque gana independencia y realiza una serie de actividades que antes no podía.
“Uno de los aspectos fundamentales es que además se moviliza mediante los volantes que están a los costados como lo hacía con la silla de ruedas, pero ahora parada. Esto funciona mediante un sistema de poleas”, remarcó Cristian.
Los jóvenes comentaron que la construcción de este prototipo lo financió la cooperadora del colegio y adelantaron que piensan seguir perfeccionándolo, pero también construir otro tipo de implementos como adaptaciones de las pedaleras de los autos para discapacitados, bastones y silla de ruedas.
Respecto a los motivos que los movilizó a enfocar el proyecto hacia las personas con discapacidad, Emmanuel respondió: “A veces hay mucha discriminación. Nos parece que no se les da demasiada importancia a sus necesidades. Se las deja de lado y se piensa muy poco en como resolver las dificultades que tienen para mejorarle la calidad de vida”.