26.10.11

“NUNCA FUI OBEDIENTE, SIEMPRE FUI DISIDENTE”

Asistente social, periodista, pero fundamentalmente luchadora, Olga Hammar preside desde el año 2003 la Comisión Tripartita por la Igualdad de Oportunidades (CTIO) del Ministerio de Trabajo. Un nombramiento que llega como consecuencia de una vida dedicada a la lucha por la igualdad de género fundamentalmente en los ámbitos laborales y sindicales. Una lucha que traspasó las fronteras nacionales y se extendió a América Latina y Europa.

(Por Beatriz Chisleanschi) Promovido por la legisladora porteña María Elena Naddeo, el pasado 19 de septiembre, Olga Martín de Hammar fue declarada “Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires por su contribución a los Derechos de las Mujeres”.

En el acto se hicieron presentes distintas generaciones de militantes y amistades que tuvieron que ver con la vida de esta incansable y tozuda luchadora quien considera que más allá de la alegría por el reconocimiento, su único mérito es el de tener conciencia de que la mujer sólo puede avanzar organizándose política y socialmente.

Asistente Social, Periodista, pero fundamentalmente luchadora, Olga Hammar preside desde el año 2003 la Comisión Tripartita por la Igualdad de Oportunidades (CTIO) del Ministerio de Trabajo. Un nombramiento que llega como consecuencia de una vida dedicada a la lucha por la igualdad de género fundamentalmente en los ámbitos laborales y sindicales.

Una lucha que traspasó las fronteras nacionales y se extendió a América Latina y Europa.

A sus 78 años Olga suma a su trabajo la participación activa en la Fundación TIDO (Trabajo, Investigación, Desarrollo y Organización para la Mujer) que atiende a comunidades en situación de riesgo. Una fábrica recuperada y reciclada ubicada en el Barrio de Villa Crespo es el lugar donde funciona esta Fundación y resultó el espacio elegido para una charla amena.

Molesta porque nadie había llegado aún para servir un café pero con toda su vitalidad a cuesta, Olga nos muestra orgullosa cada uno de los rincones del Centro de Formación y nos habla de los proyectos de crecimiento y expansión. Ya ubicadas en una oficina presidida por cuadritos de Frida Kalo, Alfonsina Storni, Eva Perón y un afiche que le recuerda sus comienzos de militancia en Suecia, país donde vivió el exilio durante la dictadura, Olga se dispone a hablar sobre las mujeres y sus aún no resueltas reivindicaciones.

“La mujer que salió del hogar para trabajar ya no vuelve”, señala. y agrega: “La independencia económica tiene un peso importante, así como la libertad de acción. Lo que está aún sin resolverse es nuestra doble jornada, y nosotras tenemos nuestra responsabilidad. Uno de los temas, precisamente, que estamos tratando a partir de un pedido de la OIT son las responsabilidades familiares, ¿cómo hacemos para que se compartan? Porque los muchachos pueden ser muy macanudos pero generan sus propios espacios, las mujeres aún no. Esto implica que las responsabilidades familiares caen en nosotras, se trate de los hijos o de los adultos que están en la casa”.

Hija de un padre peronista y gremialista y una madre que visitaba asiduamente la Unidad Básica del barrio, Olga se consideraba una peronista de Perón y Evita. Hasta que a sus 25 años inducida por problemas familiares decide dejar el país y parte a Cuba, “no porque tuviera una formación marxista, sino porque me parecía romántico”. Un viaje que resultó un punto de inflexión en su vida.

“Cuando hago el viaje a Cuba, en octubre de 1960 el avión en el que viajaba, que era de muy baja calidad económica, se descompone y me obliga a quedarme una semana en Lima”, relata.

“Allí conozco a quien resultaría mi marido. Él era argentino, estaba ya separado y fue quien me abrió los ojos. Jorge (Hammar) viendo mi accionar me preguntó ¿pero qué vas ir a hacer a Cuba, servicio social? Cuba está haciendo una revolución, vos podés hacer diez mil donaciones pero si no cambias el sistema, si no le das a la población acceso a una educación, a la economía, al empleo no tiene sentido, me dijo. Yo era una buena Asistente Social, pero él me hizo comprender que si no hay un sistema político con una clara dirección no sirve nada”.


A su regreso en el año 1975 comienza a militar en el peronismo y se reintegra a la UDA siempre con grandes disidencias. “Nunca fui obediente, siempre fui disidente”, remarca casi como si este fuera su apotegma de vida.

- ¿La conciencia por la lucha de clases y por los derechos de la mujer, germinaron juntas en usted?

- Efectivamente. Yo viví 8 años en Suecia en el exilio y una cosa que me llamaba la atención era la violencia nocturna de los hombres hacia las mujeres. Me habían vendido que la mujer sueca tenía muchísima libertad, independencia, cuenta bancaria propia. Pero el grado de violencia física de los hombres hacia ellas cuando estos se alcoholizan era muy grande. Y si bien el movimiento de mujeres suecas había organizado refugios para las mujeres que padecían estas situaciones y querían huir de ellas, era claro que ni la independencia económica las salvaba de esa situación. Creo que los hombres no aceptaban este cambio.

Hay una especie de conciencia histórica que hace que todavía en el fondo del pensamiento del hombre esté el tema del poder, porque la mujer económicamente independiente está demostrando poder.

- ¿Considera que a las nuevas formas que ha adquirido la desigualdad le corresponden nuevas formas de lucha por la igualdad de género?

- Evidentemente hay más conciencia y más organización, pero no debemos engañarnos, organización en pequeños grupos. Son muchas las agrupaciones pero lo que no se ha logrado aún es una gran organización de mujeres. Algunos sectores establecen redes pero eso no ha cuajado en una forma política que se constituya en un poder. Por lo tanto se diluyen las posibilidades de incidir. Si somos tanto las mujeres que estamos en tantas cosas y nos uniéramos por lo menos una vez al año, seríamos un poder real porque somos más del 50% de la población.

- ¿Hay una lucha que debe darse contra el machismo existente en las mujeres?

- Por supuesto, este es un punto clave, pensar que sólo se es machista porque se es varón. Machismo es un tema cultural que implica una conducta autoritaria y un manejo del poder, por lo tanto ese machismo lo ejerce perfectamente una mujer. Hay jefas de oficina o de personal que son más crueles o menos sensibles que los hombres. Pareciera que como nos exige un doble esfuerzo, debemos ser más duras. También es real que se nos exige que seamos duras y fuertes, cosa que a los hombres no.

- ¿Cómo evalúa en este contexto que haya cada vez más presidentas mujeres o que surja una figura como la de Camila Vallejos en Chile?

- Esas mujeres tienen que tener una capacidad muy particular y una gran valentía para afrontar la situación. Necesitas valentías para expresar y hacer valer tus derechos. Hay que estar convencidas.

El reparto equitativo e igualitario de los roles familiares es una batalla que tampoco hemos analizado orgánicamente, estos tienen que ser temas que estén en la agenda pública, como acceder a la propiedad de la tierra y de la vivienda porque son elementos que hacen a la base del poder.


Olga Hammar pergeñó y dirigió durante su exilio la revista “La Micaela” (un homenaje a Micaela Bastidas, la esposa de Túpac Amaru) Una publicación en español para quienes vivían en Europa y que se editaba en Suecia con la Asociación Latinoamericana de Mujeres (ALAM), de quien fue su fundadora.

En el año 2009 publica su libro autobiográfico “Tozudamente”, que debe su nombre a la manera en que Olga ve el mundo y cómo se siente: “yo soy muy tozuda”, dice.

La charla llegaba a su fin, pero una pregunta final se imponía:

- ¿Cómo es que una persona que lucha por la independencia de la mujer ha adoptado el apellido de su marido?

- Eso tiene una razón de ser. Yo me voy escapándome de mi familia, era Olga Martín, pero la presencia de Jorge provocó en mí un cambio de identidad. Su pensamiento, el cual asumí, hizo que yo ya no fuera la misma persona. Él que tenía una gran formación política y serenidad frente a las cosas, fortaleció mucho la conciencia de mis propios valores. A esa cabeza, a ese hombre le debo ser lo que soy.

Fuente: Nos comunicamos