El chubutense Lucas Ancaten siente la medalla dorada sobre su pecho. Con sus 14 años acaba de consagrarse campeón de lanzamiento de jabalina en los Juegos Sudamericanos Escolares de Bogotá con una marca de 60,90 metros, casi 14 metros más que la registrada a esa edad por el campeón olímpico juvenil Braian Toledo. Mientras festeja en lo más alto del podio, su mente y su alma se dejan llevar por esas imágenes que le recuerdan el camino que lo llevó a cumplir sus primeros sueños de la mano del deporte.
Esa es una de las imágenes de los jóvenes atletas argentinos que participaron en el Sudamericano Escolar que reúne a más de 1.200 estudiantes de entre 12 y 14 de la región, siendo Uruguay el único país ausente.
La delegación Argentina tiene a 118 representantes en vóleibol, handball, natación, atletismo convencional y para discapacitados, ajedrez, tenis de mesa y futsal masculino, 84 de los cuales surgieron de los Juegos Evita.
Los Evita son los únicos juegos que llegan a Paso del Sapo. Y por eso Lucas tuvo la oportunidad de competir. El lanzador se consagró en Mar del Plata, obtuvo su pasaje a los Sudamericanos Escolares y logró el oro con una asombrosa marca.
Paso del Sapo es una localidad de alrededor de 500 habitantes, a 200 kilómetros de Esquel, de los cuales 140 son camino de tierra. Ese pueblo lo acogió en 2004, luego de que su familia (mamá, padrastro y dos hermanos menores) perdiera todo lo que tenía a causa de una inundación que sufrió el campo donde se había criado. Hace pocos meses su familia consiguió nuevamente empleo para cubrir las necesidades básicas, ya que hasta entonces solamente su padrastro trabajaba en el campo.
“Me gusta vivir en mi pueblo, sobre todo por la tranquilidad y la gente. Siempre nos apoyamos porque todos nos conocemos. Además, tengo a todos mis amigos con los que nos entrenamos y también nos juntamos en alguna casa a escuchar música y tomar mate”, relata el adolescente que cursa tercer año en la escuela de Paso del Sapo, según un informe difundido por la Secretaría de Deporte de la Nación.
Junto a otros compañeros, Lucas se entrena con el profesor Denis Krieger, a quien conoció en la escuela. No es fácil desarrollar la actividad allí. El problema principal es que a las 17:30 en invierno es de noche y el horario escolar finaliza a las 18. En un potrero convertido en cancha de fútbol el profesor realiza su tarea ad honorem. Inicialmente trabajaban en una especie de gimnasio casero, con máquinas que soldaron entre todos, en el living de la casa de Krieger. Luego pasaron al patio de la misma casa con un improvisado techo de chapa y actualmente consiguieron un galpón a préstamo.
La siguiente imagen que se le aparece a Lucas es de 2009, cuando comenzó a participar en los Juegos Evita, en los que no solamente realiza jabalina sino también disco y bala. Los Evita son el único torneo que llega a Paso del Sapo y tienen una convocatoria particular.
“Son el motivo por el cual todos los chicos deseamos entrenarnos, ya que es una posibilidad de conocer otros lugares más allá del pueblo. Año a año me motiva volver a encontrarme con los amigos que hice en ediciones anteriores. Además, la primera vez que clasifiqué a las finales de Mar del Plata pude conocer el mar”, recuerda.
El esfuerzo que le permite hoy estar con una medalla dorada sobre el pecho en un torneo internacional representando a Argentina no sólo lo realizó durante sus entrenamientos.
“Para llegar este año a Mar del Plata partimos con el auto del profe desde Paso del Sapo hasta Trevelin, son aproximadamente tres horas de viaje. Allí dormimos en la casa de los padres del profe, luego salimos en un micro hasta Rawson (nueve horas más) y de allí hicimos 18 horas más hasta Mar del Plata”, cuenta.
Lo último que le invade la cabeza a Lucas antes de bajarse del podio para abrazarse con sus compañeros de delegación es la postal de todo su pueblo comprando las rifas que sus padres vendieron para que él tuviera algo de dinero en Colombia y para que su entrenador pudiera viajar. La medalla y la alegría que le colma el espíritu después de esta experiencia inolvidable (además fue su primer viaje en avión) es la mejor retribución que puede darles a todos los que lo apoyaron.
El torneo más importante de la región a nivel escolar
El Sudamericano Escolar, que reúne a más de 1.200 estudiantes de entre 12 y 14 años, es el más importante que se realiza en Sudamérica a nivel escolar y contribuye al desarrollo deportivo, cultural y al intercambio entre los jóvenes deportistas de instituciones educativas.
La discapacidad representada en estos Juegos fue la intelectual, que es la única hasta el momento incorporada por el CONSUDE (Consejo Sudamericano del Deporte).
“Podemos decir que Argentina es uno de los países que impulsa desde hace tiempo la incorporación de las personas con discapacidad a esta competencia internacional. Este año, por una propuesta de nuestro país, se realizaron dentro de las competencias de atletismo las carreras de relevos integradas, donde participan equipos conformados por dos deportistas con discapacidad y tres convencionales”, afirmó el coordinador de los atletas argentinos con discapacidad, Alejandro Pérez.
“En la posta femenina Argentina obtuvo la medalla de oro y en los relevos masculinos, la de plata. Aunque estamos muy contentos con estos resultados, más felices nos pone vivenciar la verdadera inclusión, con el deporte como una de las herramientas más importantes para lograr este objetivo”, completó la coordinadora de los atletas argentinos convencionales, Claudia Gómez.
La posta integrada de 5x80 metros femenina que ganó la medalla de oro estuvo conformada por Cecilia Teruzzi y Micaela Molina (discapacitadas), Irina Rodríguez, Magdalena Galván y Aranza Ortiz (convencionales). En tanto que Santiago Avalos y Enzo Salinas (discapacitados), Lisandro Cubas, Joaquín Alderete y Kevin Rivas (convencionales) se quedaron con la de plata en los relevos integrados de 5x80 metros masculinos.
“Fue una experiencia muy buena, estoy muy contenta de haber podido participar junto a los chicos con discapacidad porque no hay ninguna diferencia, somos todos del equipo de Argentina”, afirmó la riojana Aranza Ortiz.
Por su parte, el catamarqueño Lisandro Cubas remarcó: “Es algo diferente pero está muy bueno correr todos juntos, con chicos que muchos dejan de lado. Nosotros corremos juntos porque para nosotros somos iguales”.
“Estuvo muy bueno participar con ellos y me emocionó mucho estar en el podio todas juntas con la bandera de nuestro país”, concluyó Irina Rodríguez, oriunda de Rawson, Buenos Aires.
Medalleros
Atletas convencionales
ORO: 4
Lanzamiento de jabalina: Ancaten, Lucas 60.90 m (Chubut)
Lanzamiento de bala: Armada, Ailén 14.11 m (Buenos Aires)
Lanzamiento de disco: Pereyra, Lucas, 51.30 m (Entre Ríos)
Posta integrada femenina: Magdalena Galván (Córdoba) – Aranza Ortiz (La Rioja) – Rodríguez Irina (Buenos Aires) -
PLATA: 5
1200 m: Manrique Norberto 3’24 (La Rioja)
2000 m: Manrique Norberto 6’11 (La Rioja)
Lanzamiento de martillo: Mercedes Vitullo 48.73 m (Santa Fe)
Lanzamiento de disco: Lisandro Galván 50.90 m (Córdoba)
Posta integrada masculina: Alderete Joaquín (Río Negro) – Cubas Lisandro (Catamarca) – Rivas Kevin (Jujuy)
BRONCE: 4
1200 m: Díaz Javier 6’12 (La Rioja)
Lanzamiento de bala: Huarte Cavassa Aimé 13.34 m (La Pampa)
Salto con garrocha: Farías Daniela 2.70m (Córdoba)
Lanzamiento de disco: Giorgetti Julieta 32.85 m (Entre Ríos)
Atletas con discapacidad
ORO: 1
Posta integrada mujeres: Micaela Molina (San Luis), Cecilia Teruzzi (Buenos Aires),
PLATA: 4
Salto en largo mujeres: Micaela Molina (San Luis) 4.06 m
Lanzamiento de pelota mujeres: Vélez Yamila (Córdoba) 42.40 m
Posta integrada varones: Salinas Enzo (Mendoza), Ávalos Santiago (Corrientes),
80 m llanos varones: Ávalos Santiago (Corrientes) 10”34
BRONCE: 2
80 m llanos mujeres: Micaela Molina (San Luis) 11”90
Salto en largo mujeres: Teruzzi Cecilia (Buenos Aires) 4.04 m
