10.3.11

ADOLESCENTES DE LA MATANZA CONSTRUYEN SUS PROPIOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Una revista que lleva editados sus primeros dos números y un periódico que prepara su  próxima salida son la construcción de comunicación propia impulsada por adolescentes de dos barrios humildes de La Matanza, distrito del oeste del Gran Buenos Aires.  Con las publicaciones buscan expresarse y mostrar los lados no difundidos de sus barrios. Rechazan el tratamiento que les dan los medios masivos.

(Por Héctor Corti).- Tienen entre 12 y 16 años. Son adolescentes y como tales se hacen notar. Las risas, las bromas y los gritos que rompen el silencio en el lugar pactado para el encuentro es la señal indicando que los chicos y las chicas de los barrios BID y Puerta de Hierro llegaron a la cita. Nayla, Florencia, Gustavo, Nahuel, Maxi, Gonzalo, Natalia, Amira y Diego hacen punta para armar la apretada ronda alrededor de la mesa.

Junto con los adolescentes se suman Daiana, Florencia, Damián y Andrea, jóvenes de unos pocos años más que ellos que son operadores barriales del PODES, el Programa de Orientación y Desarrollo Educativo Sociocomunitario implementado desde la Jefatura de Gabinete del Municipio de La Matanza para garantizar la inclusión educativa y la participación activa en la sociedad de muchos chicos y chicas en situación de exclusión y vulnerabilidad.

Pese a la cercanía territorial -ambos barrios están separados por la avenida Crovara- los proyectos comunicacionales de los dos grupos surgieron sin ningún punto de vinculación, cuenta Andrea. “Desde otro lugar”, la revista del barrio BID nació de la propia necesidad de los chicos por expresarse y la construyeron sólo con la guía de Diana, una de las operadoras que está cursando los primeros años de Comunicación Social. Meses después los pibes de Puerta de Hierro empezaron a proyectar un periódico que ya tiene nombre “PH: La otra cara”, para mostrar que el barrio es distinto a lo que dicen los grandes medios.

Para fortalecer estos proyectos comunicacionales, ambos grupos participaron de un seminario de periodismo realizado en el ámbito del PODES, donde pudieron adquirir una serie de herramientas indispensables para llevar adelante las publicaciones.

A la hora de conocer más a fondo estas experiencias, los adolescentes evidencian la indignación que les provoca leer, ver o escuchar historias sobre sus barrios contadas desde afuera y manipuladas hacia el sensacionalismo, la utilización de algún hecho delictivo para involucrar a gente honesta y trabajadora, o directamente la asimilación de la pobreza con la delincuencia.

“Nosotros empezamos a ver muchas noticias que aparecían en los diarios sobre nuestro barrio. Y todas hablaban de muertes, secuestros, drogas. Incluso con chicos que conocíamos porque era el primo, el hermano o el vecino. Y ahí surgió la necesidad de contar esas mismas historias, pero desde nosotros, que vivimos en el barrio y que la vemos de forma diferente. Empezamos a discutir esas informaciones. Así arrancamos con la revista porque era el recurso que teníamos más cerca. Solo necesitábamos una computadora para escribir”, detalla Daiana, una de las editoras de “Desde otro lugar”.

Florencia aporta lo suyo al remarcar que a la hora de definir el nombre había dos, pero después de la discusión se volcaron por “Desde otro lugar” debido a que ven “las cosas desde un lugar distinto a los que hablan de nosotros pero desde lejos. Nosotros estamos ahí y tenemos otra mirada, otro punto de vista. Hablamos no solamente desde el barrio, sino de la mirada de los chicos, de los jóvenes”.


Además de iniciar el camino de poder expresarse, de dar su propia mirada, de decir lo que piensan y de poder aportar para el crecimiento del barrio y de las personas, “Desde otro lugar” ya tuvo otra satisfacción porque fue seleccionado en el concurso "Nuestro lugar 2010" por la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.

“Ese reconocimiento nos permitió conseguir algunas herramientas propias para hacer la revista como una computadora y una cámara de fotos. Y también nos alentó a seguir adelante. Pero por suerte no fue el único incentivo, ya que nuestro primer número lo repartimos en la Feria del Libro de La Matanza y tuvo una buena recepción”, recuerdan los chicos.

Las ediciones de la revista del BID también tuvieron su lugar de distribución en la plaza del barrio, donde los vecinos “se sintieron identificados, sobre todos con algunos temas como el informe sobre la basura. A otros les gustó mucho las fotos del barrio”.

“La idea es seguir en esta dirección. Por ejemplo, en el segundo número abordamos el tema de los jóvenes y el alcohol porque es algo que nos toca a todos. Queremos contar todas las cosas que pasan y no se dicen. Que tenemos el centro cultural ‘Cultura de Pasillos’ donde hay cursos en los que participan muchos chicos”, señala Daiana.

Nahuel, uno de los promotores de “PH: La otra cara”, hace una crítica implacable a los que sólo mencionan a Puerta de Hierro para relacionarlo con la droga. “Droga hay acá y en todas partes. Pero en Puerta la mayor parte de las personas son honestas y trabajadoras. Además, nunca dicen que en el barrio funciona una Cooperativa y que armamos la biblioteca popular José Hernández”.

A partir de esa premisa, la futura publicación tomará un camino que en relación a los lectores que intentará captar, tendrá diferencias respecto a lo que hacen en el BID.

Aunque no arriesga una fecha de salida y tiene en claro que la frecuencia será la de “cuando podamos sacar un número”, Nahuel define cuál será el ámbito de circulación: “Queremos que el diario salga del barrio. Que lo lean en otros lados. Para que nos conozcan y nos entiendan”.

La cuestión de las estigmatizaciones aparece nuevamente en la charla, y ahora es Damián quien manifiesta abiertamente su cansancio debido a que “porque vivo en Puerta de Hierro y la tele dice que son todos chorros, a mí me miren como si fuera un chorro o un traficante de paco”. Sin embargo, reconoce que muchos jóvenes aprendieron a abordar el problema y recuerda que hace unos meses atrás un grupo del barrio armó una parodia sobre esta situación.

A partir de esos planteos, los integrantes del grupo explican que el contenido de sus notas atenderá todos los hechos destacables del barrio que son silenciados por la mayoría de los medios.

“También queremos que se sepan claramente mucho de los problemas que tenemos. Como salir a buscar trabajo y no poder decir donde vivimos porque no nos van a llamar. O que un vecino corra el riesgo de morirse debido a que las ambulancias no quieren entrar al barrio”, detallan.

Ambos grupos coincidieron en la influencia que tienen los medios masivos de comunicación sobre las personas y la importancia que en ese contexto tienen los que ellos están desarrollando.

“Nos planteamos hacer un medio alternativo, salir del discurso dominante. Debemos dar la mirada desde el barrio, desde los jóvenes. Exponer los problemas y compartirlos con los chicos de otros lados. También es necesario propiciar un cambio hacia adentro porque a veces la gente es influenciada por los grandes medios masivos y reproducen el discurso tal cual lo reciben, aunque ellos mismos vivan en una realidad distinta a la que le están contando. Por eso es necesario que estos temas aparezcan para discutir y reflexionar”, concluye Daiana.