25.3.11

LA EDUCACIÓN EN LA CÁRCEL ¿ES POSIBLE?

La posibilidad de desarrollar la educación en la cárcel es el tema de la nota publicada en el Nº 2 de la revista La Astilla que realizaron Jorge Misíano, Miguel Avila Jalil, Borda Soto, Walter Simeoni, Víctor Arguello y Cristian Giménez, internos que cursan sus estudios secundarios en la Escuela de Enseñanza Media Nº 7 de la Unidad Penal Nº 39 de Ituazingó, provincia de Buenos Aires. El texto completo se reproduce a continuación:

Para muchos quizás no se entiende a qué nos referimos con la “educación en la cárcel”, así que decidimos como redactores ir directamente a la fuente, y que mejor fuente que un interno que asiste a la EEM Nº7 para que nos introduzca en nuestro interés por saber sobre el mundo de la educación carcelaria.

Primero le preguntamos, ¿por qué es necesario estudiar en la cárcel?

Y él nos respondió:

“Yo creo que un detenido ha quedado detenido en el tiempo y está muy bueno estudiar. Para poder mantenernos informados acerca de lo que pasa a nuestro alrededor ya que estamos privados de nuestra libertad y un poco aislados de la sociedad.

También para darle un ejemplo a nuestros hijos, demostrarles que no todo está perdido. Y para que cuando nos toque dejar este lugar podamos conseguir un trabajo digno y decir nunca más a lo pasado.

Hay muchas trabas, obstáculos y dificultades pero con voluntad de avanzar en el aprendizaje se puede superar”.

En ese momento interrumpimos, ¿a qué te referís con dificultades?

Se toma un tiempo y nos dice:

“En las distintas unidades carcelarias no tenemos el espacio suficiente para concentrarnos ya que convivimos con varios compañeros en cada celda, donde el espacio es muy chico. Uno mira televisión, el otro escucha música, cada uno tiene su rutina. No podemos estudiar en la celda.

Tampoco tenemos un espacio para la lectura ya que sólo se puede ir a la biblioteca en el horario de la escuela.”

¿Cuál es la importancia de que se hayan implementado escuelas en las cárceles?

“Yo soy un preso, lamentablemente, con la mayor parte de mi vida en cana, con lo cual nunca me imaginé que estando detenido iba a tener la posibilidad de estudiar el secundario. Porque, que yo recuerde, en los ‘90 no estaba implementado el estudio secundario en la mayoría de las unidades de la provincia de Buenos Aires.

Fue muy importante, no sólo para estudiar sino para tener un contacto con otras personas, y además, la escuela te despeja del encierro.”

Quizás hay gente en la sociedad que piensa:

- No estudiaste afuera y te haces el estudiante ¡ahora! Yo mismo me respondo que nunca es tarde para poderme superar.”

¿Cuando comenzó a funcionar la secundaria en las cárceles?

“Es obligatorio estudiar el secundario desde 2007 por Ley Nacional y Provincial, pero a pesar de eso, hay en algunas unidades penales como las de San Martín y González Catán en las que no existen escuelas secundarias. Esto es injusto porque hay internos que no tienen la posibilidad de estudiar y en la actualidad para conseguir un trabajo te exigen  tener el secundario completo.”

¿Y cómo es la EEM Nº 7 de Ituzaingó?

“Esta escuela me sorprendió. La comunicación con los profesores es genial, y te digo esto porque no te tratan como delincuentes pero a la vez tienen una gran exigencia que nos sirve para cuando dejemos este lugar.

Nos llevamos muy bien porque los alumnos también valoramos el esfuerzo de venir a este lugar.

De parte de los compañeros se trata de hacer las cosas lo mejor posible y aprender para que el día que volvamos a la sociedad no cueste tanto adaptarnos. Porque muchos somos padres y para que si nuestros hijos tienen una duda podamos responderla”

¿Cómo se imaginan cuando terminen los estudios?

“Nos daremos cuenta que por fin concluimos con algo que había quedado suspendido en el tiempo, que me sirvió para mi forma de pensar y luchar la vida.”

Fuente: Revista "La Astilla"