Rodrigo López tiene 32 años y acaba de consagrase campeón mundial de ciclismo adaptado en pista. Tiene parálisis cerebral por las secuelas de un virus que lo afectó a los cinco y le produjo un problema motriz en las manos, dificultades en el habla e hipoacusia. Sin embargo nunca dejó de andar en bicicleta, lo hace desde los siete meses, al año ya andaba sólo y antes de los dos, sin rueditas. Ya había conseguido logros importantes, pero este que viene de conseguir en Italia es el más resonante: ganó en los 1.000 metros con récord mundial (1m19s991), con un promedio de 45 Km/h.
“En lo más alto del podio me pusieron la camiseta `Arco Iris` (tiene los colores de los cinco continentes) y sentí una gran emoción. Yo siempre voy en busca del oro y esta vez sabía que podía lograrlo, me entrené fuerte con Milton Winants (DT uruguayo, como ciclista ganó la medalla de plata en Sydney 2000) en el velódromo en Paysandú y con mi padre (Juan Carlos). Todo me parece un sueño, ahora quiero ganar en Londres 2012”, expresó López, entrerriano de Colón, en declaraciones para el portal de la Secretaría de Deporte de la Nación.
López fue campeón en 1.000 metros y además ganó la medalla de bronce en persecución, una prueba con final emotivo donde el argentino aventajó al ciclista alemán con el respaldo del público, que alentó sin parar al grito de “Ar-gen-ti-na”. “Rodrigo conquistó el corazón de los italianos que lo vivaron en plena competencia, mi marido me contó que fue muy emotivo. Lo que pasa es que en Italia lo quieren mucho porque lo conocen desde muy joven”, comentó Liliana, mamá del reciente campeón mundial y medallista olímpico en Atenas 2004, donde ganó la de bronce en ruta y contra reloj.
El entrerriano, quien viajó a Italia con apoyo de la Secretaría de Deporte de la Nación y recibe una beca del mismo organismo, ganó además tres diplomas olímpicos en Beijing 2008 (pista, ruta y contra reloj) y ya sumaba dos medallas mundiales en pruebas de pista (bronce en República Checa en 2003 y en Suiza 2006). También atesora dos medallas de oro del Panamericano de ciclismo Mar del Plata 2003 y otras dos de plata del Panamericano de ciclismo Colombia 2007.
“Todo esto se lo dedico a mi familia y a la ciudad de Colón. Y como siempre estoy muy agradecido a Dios“, remarcó López desde Italia.
Anécdotas que se guardan en el alma
“Rodrigo es una persona con un gran espíritu, tiene mucha fe y gran fuerza de voluntad”, asegura su madre (Liliana) quien relata algunas anécdotas que reflejan este concepto: “Su primera competencia fue a los 14 en una sede barrial, en una carrera de mountain bike a beneficio. El tema es que como su padre no lo dejaba participar de competencias corrió a escondidas nuestra. Recién nos dimos cuenta cuando lo vimos llegar. Y llegó segundo... Su papá no lo podía creer, decía: `Se va a quebrar todo...`. Hasta los 23 años Rodrigo siempre corría con convencionales, la mayoría de las veces llegaba entre los últimos, pero nunca abandonó”.
Y cierra la madre: “En 1997 se hizo en Colón una competencia de cuatro horas en bicicletas. Formó pareja con su padre y en la segunda vuelta, antes del relevo, chocó contra un pino, pero no abandonó. Yo veía durante la carrera que Rodrigo no estaba bien, se notaba que le dolía.... Al final terminaron quintos y se determinó que sufrió una fractura de clavícula, a dos centímetros del esternón, no se mató casualidad”.
Lo que viene
López, séptimo en el ránking mundial, tendrá su próxima competencia del 29 de abril al 2 de mayo otra vez en Europa: “La vuelta al país Vasco”. En las tres ediciones en las que participó hasta el momento siempre estuvo entre los cuatro primeros, ahora su objetivo es volver con una medalla.
