22.3.11

DÍA MUNDIAL DEL AGUA

La escasez del agua dulce a nivel mundial es un problema prioritario para el desarrollo futuro de la vida. El agua dulce representa el tres por ciento del total de agua que existe en el planeta. Sin embargo, solo el uno por ciento se encuentra accesible ya que el resto está congelada en los glaciares o a grandes profundidades, como es el caso de los acuíferos. El 97 por ciento restante es agua salada, no apropiada para la mayor parte de las actividades humanas.

El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, fecha instaurada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) por recomendación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) de 1992, para llamar la atención sobre la importancia del agua dulce, y de propugnar por una gestión sostenible de los recursos hídricos de agua dulce.

Cada año, el Día Mundial del Agua resalta un aspecto específico del agua dulce. El objetivo en este 2011 es el de atraer la atención internacional en torno al impacto causado por el rápido crecimiento de la población urbana, la industrialización, y la incertidumbre causada por el cambio climático, los conflictos, y los desastres naturales en los sistemas hídricos urbanos.

El tema de este año es agua para las ciudades: afrontando el desafío urbano, busca estimular a los gobiernos, organizaciones, comunidades e individuos, a participar activamente afrontando el desafío de la gestión urbana de los recursos hídricos.

Hace menos de un año, el 28 de julio de 2010, la ONU dio una señal clara de la relevancia del tema para el planeta, al aprobar una resolución que reconoce al agua potable y al saneamiento básico como derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.

La propuesta impulsada por el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, a través de su presidente Evo Morales, recibió el voto favorable de 122 países y 44 abstenciones.

La iniciativa hizo un llamado a los países desarrollados, organizaciones internacionales y a las partes interesadas “a incrementar asociaciones con países en desarrollo en áreas como finanzas, construcción de capacidades y transferencia tecnológica a aumentar las inversiones en proyectos y programas de agua y saneamiento, incluyendo a la cooperación internacional y asistencia técnica para alcanzar el universalmente y pleno disfrute del derecho al agua potable, accesible, costeable y segura y al saneamiento para el uso personal y doméstico”.

En su fundamentación destacó una serie de datos contundentes:

- 884 millones de personas carecen de acceso al agua potable segura.

- 2500 millones de personas carecen de acceso al saneamiento.

- 1.8 millones de niños menores a los 5 años de edad mueren y 443 millones de días escolares se pierden cada año gracias a enfermedades relacionadas al agua y al saneamiento.

- Cada año más de 3 millones y medio de personas mueren por enfermedades transmitidas por agua contaminada.

- La diarrea es la segunda causa más importante de muertes de niños por debajo de los 5 años. La falta de acceso a agua potable mata más niños que el SIDA, la malaria y la viruela juntos.

- A nivel mundial aproximadamente una de cada 8 personas no tiene agua potable.

- En solo un día más de 200 millones de horas del tiempo de las mujeres se consumen para recolectar y transportar agua para sus hogares.

- La situación de la falta de saneamiento es aún mucho peor porque afecta a 2600 millones de personas que equivalen a un 40% de la población mundial.

- La gran mayoría de las enfermedades en el mundo son causadas por materia fecal. Se estima que el saneamiento podría reducir en más de un tercio las muertes niños por diarrea.

- En todo momento la mitad de las camas de los hospitales de todo el mundo están ocupadas por pacientes que padecen enfermedades asociadas con la falta de acceso al agua potable y la falta de saneamiento.
 
Uno de los aspectos más significativos de la resolución votada en la ONU es que partir de ese momento cualquier acción u omisión por parte de empresas, particulares o gobiernos que afecte o limite el acceso de las personas al agua y al saneamiento podrá constituir una violación a los derechos humanos fundamentales a la vida, a la salud, a un adecuado estándar de vida.