28.6.10

ALUMNOS DE LA UNQ COLABORARÁN EN LA RECONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DE DESAPARECIDOS

Alumnos de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) trabajarán en la realización de entrevistas para el archivo biográfico familiar de Abuelas de Plaza de Mayo, y se sumarán a la tarea de reconstruir las historias de vida de personas desaparecidas o asesinadas durante el último régimen militar. Los nietos de “Abuelas” podrán armar la historia de sus padres a partir de diversos tipos de documentos y entrevistas que recopilarán los alumnos a fin de conocer cuáles fueron sus recorridos de vida.


Reconstruir la historia de vida de los desaparecidos, cuyos hijos nacidos en cautiverio o secuestrados junto a sus padres fueron apropiados durante la última dictadura militar argentina, es un trabajo que viene realizando la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.

Este año, la Universidad Nacional de Quilmes se incorporará a la iniciativa de Abuelas que, junto con otras instituciones, conforman un “Archivo biográfico familiar”, en el que se reúnen relatos de familiares, amigos, compañeros de militancia y de cautiverio de los padres y madres desaparecidos o asesinados, para preservarlos en el tiempo y garantizar el derecho de cada nieto/a a conocer su origen y su historia.

Si bien es un trabajo que ya se viene haciendo, ésta será la primera experiencia que involucra a alumnos de una universidad. 

“Creemos que la iniciativa es muy importante para los estudiantes, que no sólo van a colaborar en una tarea tan trascendente como reconstruir la historia de vida de una persona, sino que también van a adquirir e implementar herramientas metodológicas que les servirán en futuras investigaciones cualitativas”, comenta a InfoUniversidades Nora Dari, responsable de la coordinación de los grupos de entrevistadores.

El objetivo apunta a la restitución de la identidad de los jóvenes apropiados, a partir de transmitirles quiénes fueron sus padres, contando sus historias y desafiando la intención genocida de desaparecerlos, a través de los archivos que ayudan a la identidad de los nietos y a la construcción de la memoria colectiva.

Una vez que sean capacitados en la aplicación de la metodología de trabajo, los alumnos realizarán entrevistas en profundidad, grabadas en audio (luego desgrabadas), y confeccionarán genogramas (la representación gráfica de una constelación familiar multigeneracional), fichas de contacto y fichas fotográficas.

“El trabajo incluye entrevistas a familiares y compañeros e incluso maestros de los padres, amigos de la infancia y la adolescencia, y a otros miembros de la comunidad que puedan ayudar a armar la historia de los desaparecidos, a partir de la creación de las redes que surgen de las propias entrevistas”, señala Dari.

Según Abuelas, “el archivo biográfico preserva en el tiempo los relatos de quienes conocieron a sus padres, garantiza hacia el futuro el derecho a la identidad y abre la posibilidad de reanudar la transmisión generacional truncada por el terrorismo de estado”.

De esta manera, el archivo promueve la habilitación de un registro del recorrido de vida de los desaparecidos y asesinados, aún en los casos en que los familiares y amigos no puedan aportar sus testimonios porque ya no estén vivos.

Desde su creación en 1998, se han entrevistado a 1.830 personas en todo el país, y lograron entregarse 28 archivos a nietos y nietas que conocieron su identidad y hoy pueden atesorar relatos y fotografías, conocer sus orígenes y elaborar su árbol genealógico.

La UNQ colaborará, a través del Centro de Derechos Humanos Emilio Mignone, con el fin de completar, profundizar y continuar el trabajo en la región sur del Gran Buenos Aires, donde hasta ahora no se habían hecho archivos biográficos.

Palabras, imágenes, objetos, fotografías, documentos, relatos que ayudan a reconstruir historias o armar una biografía, incompleta para tantos hijos de desaparecidos y asesinados en la Argentina.

“Es conmovedor saber que cada nieto recuperado se lleva un archivo donde hay desde relatos y fotografías hasta escarpines, boletines escolares o escritos de puño y letra de sus propios padres”, concluye Dari.