A lo largo de este año, “Vía Verde” realizó un importante aporte a la cultura y a la calidad de vida de la zona a partir de la organización de recitales artísticos, ciclo de cine, ferias de artistas y artesanos, bicicleteada, talleres y un encuentro de fotografía barrial, como así también el cuidado y mejoramiento de un espacio que ocupa una vía muerta del ex Ferrocarril Belgrano con la finalidad de convertirlo en un paseo ecológico.
“Como en la novela "El señor de las moscas" de William Golding, hace un año un grupo de vecinos y vecinas tocaron la caracola y llamaron a reunirnos en círculo-asamblea. Por temor o necesidad, fuimos cada uno de nosotros llamados a construir un nuevo tiempo, una nueva forma de hacer vecindad, de contribuir a generar un lugar común, una forma de encontrarnos en nuestra maravillosa diversidad”, recuerdan en un comunicado publicado en su portal de Internet.
“Así, vecinos y vecinas (de los pegados a la vía y de los de más lejos), entendimos que a pesar de las diferencias y de los modelos sociales que disgregan y fragmentan, era posible reunirnos una vez por semana; era posible darnos la palabra para las quejas, las broncas y las ideas; era posible hilvanar sueños, sembrar esperanza, hacer valer nuestros derechos y diseñar proyectos comunitarios”, agregan.
El objetivo de estos vecinos de Ciudad Madero y La Tablada, con el respaldo de decenas de entidades sociales y educativas de la zona, es que la Municipalidad de La Matanza logre la posesión de esos terrenos que pertenecen a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias, pese a que el ferrocarril no circula por ese lugar desde 1982.
Así, el 20 de diciembre de 2009 nacía esta asamblea de vecinos autoconvocados con la idea de hacer de la vía muerta, un lugar para estar entre vecinos ejerciendo el derecho a los espacios verdes, al esparcimiento, a un ambiente sano, “a ser felices en el lugar donde vivimos”.
La vía muerta que quiere ser transformada en una Vía Verde se extiende desde avenida General Paz hasta Boulogne Sur Mer, entre las calles Agrelo y Uruguay, en el Partido de La Matanza, distrito del oeste del Gran Buenos Aires
El año de vida y la activa participación de los integrantes de la asamblea les dio frutos y reconocimientos, como la de ser declarada de interés cultural por el municipio de La Matanza.
A la hora del balance rescatan el aprendizaje a dialogar con los funcionarios, a redactar proyectos, a informar y concientizar; a escuchar y dialogar; a fijar posiciones y encarar actos políticos.
Además de todas las actividades culturales, sociales, educativas, urbanísticas y deportivas realizadas, destacan que fomentaron las acciones de reclamos de los vecinos y vecinas y agradecen a la Fundación Rumbos que “nos orientó en la creación de un parque integrador”; a Pablo Pimentel de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Matanza porque “nos ayudó a cuidarnos y cuidar”.
También recuerdan que armaron buzones verdes “para que los vecinos y vecinas opinaran”; hicieron más de 2000 encuestas entre los niños y niñas del barrio; juntaron más de 3500 firmas de adhesión, y se reunieron con funcionarios oficiales y representantes de organizaciones sociales con el fin de explicar el proyecto y conseguir apoyo.
La organización, que mantiene principios de pluralismo, autonomía de los partidos políticos y prescindencia de los credos religiosos, destaca que a lo largo del año logró sostener una asamblea abierta, pública y horizontal.
