30.12.10

ANTE UNA NECESIDAD REAL, UN PRODUCTO ÚTIL

En el taller de desarrollo de productos, estudiantes ponen a prueba su creatividad y capacidad de resolver problemas. Un pupitre para zurdos y diestros, un sistema organizador para el interior de heladeras, un vanitory para niños y un servidor de bebidas, son los prototipos desarrollados por estudiantes de ingeniería industrial en 2010 de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). Entre los objetivos del taller, se cuentan crear en los estudiantes hábitos de trabajo interdisciplinario y vincular las ciencias básicas y la ingeniería. Ante una necesidad real, un producto útil.

Satisfacer una necesidad real fue la consigna que tomaron los estudiantes de Ingeniería industrial para desarrollar los prototipos en el marco del Taller de desarrollo de productos, que se dicta desde 1998. En esta edición, los estudiantes realizaron cuatro prototipos, para los que debieron poner a prueba su creatividad y capacidad de resolver problemas.

“La consigna principal del taller es buscar una necesidad real y tratar de satisfacerla a través del desarrollo de un producto. La necesidad puede surgir de cualquier ámbito: el hogar, la vía pública o un medio de transporte, por ejemplo”, explica a InfoUniversidades Claudio Abrevaya, investigador docente, responsable del dictado del taller. La única limitación es que el producto final o el prototipo pueda ser construido en el tiempo de cursada, un semestre.

Uno de los prototipos realizados durante el primer semestre de 2010 es un pupitre para zurdos y diestros. Tiene un diseño simple y versátil, es de color rojo para que sea fácilmente identificable en las aulas, distintas posibilidades de posicionamiento y un costo competitivo. Este proyecto surgió a partir de la dificultad que se presenta en ocasiones para encontrar los bancos para zurdos en las aulas.

El sistema organizador de interior de heladeras es otro de los productos desarrollados en la edición 2010. Permite optimizar el espacio disponible dentro del refrigerador, con un estante universal y un set de organizadores que se integran según las necesidades del usuario.

Los niños también estuvieron presentes en la mente de los estudiantes a la hora de idear los productos, ya que dos de ellos están destinados a los más pequeños de la familia. Desarrollaron un vanitory que puede ser usado por niños sin la asistencia de un adulto. Para cumplir con este objetivo, el vanitory incluye niveles de seguridad y funcionalidad. Y el cuarto producto es el vertedor de bebidas, cuyo objetivo principal es que los niños puedan servirse un vaso de gaseosa sin la ayuda de los padres. En este caso, los estudiantes pensaron en un diseño atractivo y lúdico y por sobre todo, simple de usar.

Otras innovaciones

Años anteriores, estudiantes que pasaron por el taller desarrollaron un sinfín de productos. Algunos de ellos fueron una bicicleta plegable para guardar en lugares de espacio reducido y facilitar su transporte, un clasificador de residuos ubicado en el vértice de la mesada de la cocina para el reciclado de la basura y un orientador sonoro-luminoso, destinado a que las personas ciegas o con visión reducida puedan ubicarse y moverse por el campus universitario de la UNGS.

“También se desarrollaron productos con una veta más comercial”, explica Abrevaya. Este es el caso de Tenacillas, una pinza articulada para agarrar objetos, cuya misión principal es permitir que personas con inconvenientes de libre movilidad puedan llegar fácilmente a espacios complicados de alcanzar por intermedio de este dispositivo mecánico.

La propuesta educativa


“El taller de desarrollo de productos se dicta al comienzo del segundo ciclo universitario de Ingeniería industrial, donde los estudiantes todavía no tienen los conocimientos técnicos específicos; por eso queremos ver cómo reaccionan frente a un problema y cómo lo resuelven”, comenta Abrevaya.

Los estudiantes trabajan con una metodología o protocolo diseñado por el equipo docente, integrado por cuatro ingenieros de distintas disciplinas, para que el trabajo pueda realizarse en un semestre de cursada. Algunos de los objetivos de este taller, por el que pasaron más de cien estudiantes, son priorizar el desarrollo de la creatividad de los estudiantes, capacitarlos para enfrentar y resolver problemas, crearles hábitos de trabajo en equipo interdisciplinario y que puedan vincular las ciencias básicas y la ingeniería. “Así, el futuro ingeniero -destaca Abrevaya- poseerá atributos basados en nuevos conocimientos y capacidades que les permitirán resolver problemas, asumir responsabilidades y desarrollar habilidades manuales y mentales”.