14.7.11

ODONTOLOGÍA SOCIAL PARA LOS MÁS CHICOS

Desde hace tres años el Programa de Odontología Social y Comunitaria de Luján, distrito del oeste de la provincia de Buenos Aires, atiende las necesidades de 1500 chicos de 16 escuelas periféricas. Además de curar, el objetivo es que los jóvenes dejen de enfermarse. El proyecto fue diseñado por un equipo compuesto por odontólogos, trabajadores sociales y sicólogos.

“La odontología está invisibilizada en nuestro país. Hay dos enfermedades graves, las caries y la paradentosis, que afectan al 95% de la población, no sólo en Luján sino en todo el mundo. Pero hay una diferencia muy grande entre quién lo puede resolver y quién no”, le explicó a la agencia Ansol el director del Programa de Odontología Social y Comunitaria de Luján, Luciano de Gatica.

“Para el común de la gente está considerada una medicina de lujo y los sectores sin recursos, los desposeídos, creen que es natural tener la boca destruida, sin dientes o con las encías inflamadas. Creen que les corresponde ese estado bucal porque son pobres. Eso es lo que se intenta revertir”.

El programa nació en el 2000 en Moreno. Por diferencias políticas en la conducción del proyecto se trasladó a Luján en 2008, y desde entonces atiende las necesidades de los niños de escuelas periféricas con la intención de ir avanzando hacia las del centro, en un movimiento centípetro que se ocupe primero de las escuelas más alejadas. En las 16 instituciones educativas donde ya se implementa el equipo propone un abordaje más integral de la salud bucal con la capacitación de promotores que ayudan a formar los chicos en torno a la higiene y el cuidado dental.

“En los peores años de la crisis trabajábamos en la localidad de Anderson en el partido de Moreno”, recordó De Gatica.

“En la unidad sanitaria de la zona tuvimos la necesidad de establecer una experiencia distinta, porque se nos hizo imposible brindar salud bucal para una localidad de 25.000 habitantes con distintas necesidades. Ahí nos dimos cuenta de que la odontología como se vino practicando históricamente no tiene futuro, a no ser que intentemos evitar que la población se enferme. Nuestra propuesta es hacer que las nuevas generaciones no se enfermen o lo hagan lo menos posible.”

El proyecto fue diseñado por un equipo compuesto por odontólogos, trabajadores sociales y sicólogos. Trabajan con las familias de los chicos de primero a sexto grado, con voluntarios y trabajadores del programa Argentina Trabaja que impulsa el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Todos reciben los conocimientos mínimos y necesarios para ampliar el abanico de posibilidades que tiene un odontólogo para atender a la población escolar.

“Trabajamos con tres propuestas simples que deben ser incorporada cuando el niño está generando sus hábitos: controlando la ingesta de azúcares e hidratos de carbono, con una correcta higiene y con un control semestral o anual con un odontólogo. En las escuelas comprobamos si el chico está en estado bueno, regular o malo. En base a eso preparamos el trabajo con los promotores. Los casos más graves los derivamos directamente al hospital y nos aseguramos que sean atendidos en tiempo y forma. El resto los atendemos los odontólogos del programa en el aula”, detalló De Gatica.

“En general la respuesta es muy positiva. Los chicos hablan en su casa de todo lo que les va pasando en la escuela, y allí el programa logra un resultado extra. Los padres vienen, preguntan y se involucran. Mandamos cartas a los padres para informarles qué vamos a hacer y que nos autoricen a trabajar en la boca de los chicos. El programa tiene una buena perspectiva de futuro. Hace años que desde Nación no hay programas odontológicos y en los municipios los profesionales intentan hacer lo que cada uno puede. Este es un programa completo y estamos dispuestos a discutirlo con quien sea, porque es una manera filosófica y metodológica totalmente distinta de lo que uno aprende en la Universidad”, explicó De Gatica.