25.8.11

ABUELAS Y ABUELOS LEECUENTOS: UNA HISTORIA A TRAVÉS DE LOS LIBROS

Las Abuelas y Abuelos Leecuentos recorren jardines de infantes, escuelas, comedores infantiles, hospitales, ferias del libro y radios leyendo. A partir del libro, se genera un encuentro entre generaciones distantes: la del niño y la del adulto mayor, donde se suceden las historias y las emociones de las lecturas literarias.

Desde el 2008, Abuelas y Abuelos Leecuentos forma parte del trabajo del Plan Nacional de Lectura y es un programa que convoca y organiza voluntarios que tengan deseos de dedicar parte de su tiempo libre a leer para los niños.

Esta invitación va más allá del nombre “abuelas y abuelos”, ya que se puede integrar cualquier persona que le guste leer y disponga de un tiempo para compartir lecturas, explica un informe publicado en el boletín Infolectura.

Adela Rosa Rattner, coordinadora nacional del Programa, comentó respecto a la experiencia que “muchos niños nunca tuvieron la oportunidad de que algún familiar compartiera esa experiencia de afecto que significa una lectura amorosa y que deja una marca en la vida de una persona, por eso es tan importante la labor que realizan estos voluntarios”.

“A partir del libro como origen y soporte de la actitud lectora, se trata de trasmitir el valor simbólico del libro como sede de la fantasía, la belleza, la aventura y de esa manera fomentar el interés y curiosidad por la lectura desde la primera infancia”, agregó.

Esta experiencia tuvo su origen como Programa de Abuelas y Abuelos Cuentacuentos en la Fundación Mempo Giardinelli, en el Chaco, que en 2001 realizó un trabajo de reclutamiento de voluntarios, selección de textos, prácticas en las escuelas y evaluación de resultados.

El Programa de Abuelas y Abuelos Leecuentos se implementó en 2006 en todas las provincias de la Argentina a través de la Campaña de Lectura del Ministerio de Educación. En el marco de su instrumentación, se firmó un convenio con el PAMI, el que aportó su infraestructura y los centros de jubilados para llevarlo adelante.

Actualmente existen grupos en distintas partes de la Argentina: Venado Tuerto y  Carcarañá (Santa Fe), Puerto Madryn (Chubut), Mendoza y Concordia (Entre Ríos), Las Varillas y Río Cuarto (Córdoba), Lanús, Luján, Baradero, General Villegas, Santa Regina, Bunge, Piedritas, Mar del Plata y Berisso (Provincia de Buenos Aires) y en la Ciudad de Buenos Aires.

En la provincia de Corrientes funciona un grupo en el centro de la ciudad, otro en el Barrio Yapeyú y hay cinco en los barrios Doctor Montaña, Laguna Brava, Popular, Primera Junta y Anahí, que leen para los Mitaí Roga, guarderías que asisten a niños de 1 a 5 años.

Para ser un Abuelo y Abuela Leecuentos

Los impulsores del Programa realizan, en cada ciudad donde comienza a funcionar, una capacitación que les brinda a los participantes las herramientas fundamentales para comenzar a leer en las escuelas.

Cada grupo organiza y planifica reuniones mensuales, habla de libros, distribuyen publicaciones editadas por el Plan Nacional de Lectura y se realiza un asesoramiento on line.

También trabajan con un instructivo que la Fundación Mempo Giardinelli elaboró para los coordinadores de grupos, que sirve de apoyo para el desarrollo de la actividad.

“En general les pedimos a los Abuelos que visiten las bibliotecas de las escuelas y que hagan un relevamiento del material existente, que en este momento es mucho. De esta manera nos aseguramos que después los niños soliciten en la biblioteca nuevos libros para seguir leyendo al autor que leyó la Abuela”, comentó Rattner

La coordinadora del Programa rescató como, a partir de este trabajo, se resignifica el rol de los adultos mayores. “Ellos señalan que recuperaron un rol muy importante, porque de esta manera se reinsertan en la sociedad y se sienten muy queridos por los niños que los reconocen,  no sólo en las escuelas sino en las calles de la ciudad”.

Ida Romero, que hace cinco años es Abuela Leecuentos de la ciudad de Lanús, en la provincia de Buenos Aires, dice que la experiencia es maravillosa, que sale de las escuelas con el alma llena del amor que recibe y comentó una anécdota.

“Yo suelo contar un cuento anónimo popular, de una mamá que era muy pobre y como no tenía nada importante para dejarle a su hijo le pone un nombre de un general que había sido muy importante. En un tercer grado de una escuela primaria, cuando terminé de leer, se acercó una nena y me dijo que ella no tenía nada importante para regalarme, pero me quería regalar un beso por el cuento”, recordó.

Historia de Ratita de Laura Devetach, es el cuento preferido de Ida Romero ya que desde la primera vez que lo leyó se enamoró. “Cada uno tiene un cuento con el que se identifica. Los cuentos no son ni para chicos ni para grandes, los cuentos son para todos”.

Mabel Ramos es, desde 2007, una de las 25 abuelas leecuentos de la localidad de Luján. “Para mí esto fue encontrar mi lugar en el mundo, es lo que me gusta hacer, me divierte, me interesa y me moviliza”, dijo.

Para esta abuela “es importante que vaya alguien ajeno al grupo a leer, que los escuche, porque últimamente escuchamos poco a los chicos y ellos tienen mucho para decir”.

Los integrantes de Abuelas y Abuelos Leecuentos participan con lecturas en las ferias de libros que se realizan en las distintas localidades, en foros de debates, en actos escolares, entre otras actividades. Además, en las ciudades de Luján y Puerto Madryn llevan adelante experiencias de lecturas en las radios locales.

Los que estén interesados en participar o formar un grupo de Abuelas y Abuelos Leecuentos pueden escribir a: plecturaabuelas@gmail.com.

“El programa es muy sencillo de poner en práctica, sólo tiene que haber  una persona voluntaria que oficie de coordinador y por supuesto, un grupo de voluntarios con ganas de compartir lecturas. Luego nosotros programamos la capacitación desde el Programa, los visitamos, organizamos el grupo  y comienza a funcionar”, concluyó Adela.