La Nube fue la primera biblioteca de la Ciudad de Buenos Aires especializada en textos infantiles. Hoy, con más de sesenta mil libros en su patrimonio, el espacio también ofrece un proyecto radial para chicos y una obra de teatro itinerante que pasará por el Hospital de Niños, organizaciones barriales y comunitarias. Para festejar sus 36 años la artista plástica Valeria Arrieta pintó un mural en una de las paredes del patio de la sede ubicada en el barrio de Chacarita.
(Por Laura Cabrera / AUNO) En julio de 1975, Pablo Medina finalizaba su actividad como docente. En busca de un sustento que además representase una continuación de la tarea de enseñar a los pequeños, el maestro fundó La Nube, la primera biblioteca infantil de la Ciudad de Buenos Aires. Para ese entonces también funcionaba como centro de documentación y como espacio de consulta para adultos en relación con la niñez y la literatura infantil.
A medida que el patrimonio cultural de Medina aumentaba, también lo hacía la necesidad de apoyar toda esa información en una organización que lo preserve. Fue así que para 1996 la biblioteca se conformó como una organización de la sociedad civil (OSC) que fue de la mano de especialistas de diversas áreas de la cultura y de sectores abocados a la niñez.
Desde el momento en que se conformó como OSC, los integrantes de este espacio priorizaron dos tareas: el acercamiento de los niños hacia la lectura de textos en los que puedan sentirse identificados, y la invitación hacia el mundo de la radio: “un espacio que se presenta como algo diferente en estos tiempos en los que la imagen parece ser muy importante”, expresó la vicepresidente, Ana Medina.
A partir de la idea de que los niños puedan comunicarse entre pares y además expresar en algún espacio todo aquello que los inquieta, en 2006 comenzaron con el proyecto “Radio Iupi”, un laboratorio experimental en el que los chicos pueden conocer desde cerca el trabajo que se realiza en ese medio. Una de las actividades que se realizaron en espacios de este estilo fue la creación de spots publicitarios en los que los propios chicos hablaban de los derechos del niño.
Sobre esta misma temática en la que se genera un vínculo entre la lectura y la comunicación, el próximo mes la organización presentará “Radio para armar”, un espectáculo que brinda la posibilidad del juego y la experimentación con sonidos y las voces. Este proyecto, que fue aprobado bajo la Ley de Mecenazgo para conseguir un financiamiento, llegará en forma gratuita al Hospital de Niños y diversas organizaciones barriales y comunitarias.
Si bien el trabajo que realizan los profesionales y voluntarios –algunos de estos últimos pertenecientes al “Proyecto Lazos”, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación- es continuo y busca preservar el patrimonio cultural, las tareas se dificultan por la falta de recursos. Desde que comenzó a trabajar como OSC el sustento económico proviene solamente de pequeñas cuotas a socios, espectáculos y obras teatrales.
Más allá de las desventajas que se presentan en el camino, La Nube resiste para que los chicos no pierdan uno de los pocos espacios que tienen para la lectura en tranquilidad.
Plantando plumas para que salgan pájaros
Este mes, La Nube cumplió 36 años desde que se fundó como la primera biblioteca para niños en la Ciudad de Buenos Aires. Para festejar este importante aniversario, una artista plástica pintó un mural en una de las paredes del patio del edificio de la OSC, ubicado en Jorge Newbery 3537.
“Niños plantando plumas para que salgan pájaros” es el nombre del colorido mural que creó Valeria Arrieta, una artista plástica que conoció la organización a través de su pequeño hijo a quien llevaba a pasar algunas tardes de lectura.
“Había varios niños, en el campo, jugando con una caja de zapatos en la que ponían tierra y luego clavaban plumas. El poeta se acercó y les preguntó a qué jugaban. Ellos respondieron: Jugamos a plantar plumas para que crezcan pájaros”. Este fue el texto del escritor y titiritero Javier Villafañe en el que se inspiró Arrieta para crear su obra en la que predominan pájaros, árboles y flores pintadas en colores brillantes.
“Teníamos este espacio en blanco, Valeria se acercó con esta idea y nos encantó. La idea siempre fue que el patio también sea un espacio más habitable y lo que quedó es un trabajo bellísimo”, explicó Medina.
El mural, que fue presentado el sábado 16 de julio, contó con la participación de los chicos de la Radio Iupi.
Fuente: AUNO