Para conocer en detalle la realidad de la región, investigadoras de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) analizaron las condiciones de vida en los partidos de José C. Paz, Moreno, Morón y San Miguel. Relevaron información sobre el hábitat, la situación educativa, la inserción laboral, las fuentes de ingresos, el uso del tiempo y los desplazamientos de los trabajadores con el objetivo de generar un aporte a las políticas urbanas que mejor contribuyan a la equidad en el conurbano bonaerense.
“Si bien la vulnerabilidad social es generalizada en la región, es fuerte y extendida en José C. Paz, seguido por el partido de Moreno. San Miguel registra indicadores similares a los del conjunto de la región, con la particularidad de que en su territorio hay ‘islas’ con sectores de alto nivel económico. Y Morón es el partido que presenta los menores grados de vulnerabilidad”, concluye el informe que llevaron a cabo las investigadoras Ana Lourdes Suárez y Carolina Palma Arce, en el marco del Proyecto de Investigación “Escalas territoriales del desarrollo en la Región Metropolitana de Buenos Aires”.
El estudio se basa en una encuesta representativa realizada en 400 hogares de los cuatro partidos analizados. El cuestionario relevó información sobre el hábitat, la situación educativa, la inserción laboral, las fuentes de ingresos, el uso del tiempo y los desplazamientos de los trabajadores.
Con el 24 por ciento de la población total del país, el conurbano bonaerense ha sido el centro de numerosos análisis y debates. Cinco de cada diez hogares de la región no cuenta con cloacas y tres de cada 10 no tiene agua de red. El 14 por ciento de la población vive con las necesidades básicas insatisfechas y más del 50 por ciento no cuenta con cobertura médica. Estos son algunos números del Indec que muestran las condiciones de vida en el conurbano bonaerense.
Las características de los hogares
El estudio revela que en José C. Paz se encuentran los hogares con mayor cantidad de miembros (4,3 por ciento) y con mayor presencia infantil. El 62 por ciento de los hogares tiene un nivel socioeconómico bajo o medio bajo, con un ingreso mensual promedio de 944,5 pesos. Además, concentra los mayores porcentajes de población con niveles de instrucción bajo: uno de cada cinco habitantes mayores de 20 años no concluyó la primaria.
Con más del 50 por ciento de los hogares con niveles socioeconómicos bajo y bajo medio y con un promedio de escolaridad de 8.4 años en mayores de 20 años, lo que significa 2 años menos que los necesarios para completar el secundario, Moreno presenta una situación similar a la de José C. Paz “aunque con indicadores levemente mejores”, señalan a InfoUniversidades las autoras de la investigación. Sin embargo, Moreno presenta elevados índices referidos a la desprotección laboral de los trabajadores.
San Miguel se destaca por una particularidad: en su territorio hay “islas” con alto nivel económico, una realidad lejana a la del resto de la población del partido. Allí se observa una mayor concentración de población con un nivel de instrucción más alto, el terciario completo, lo que confirma su fuerte polarización social. En San Miguel se pagan las cuotas escolares más caras, lo que marca pautas ‘elitistas’ de un grupo reducido de su población.
Morón “es el partido que presenta los menores grados de vulnerabilidad”. Casi la totalidad de los hogares cuenta con redes de gas, agua y cloacas, iluminación y pavimentación de calles, aspecto en el que se diferencia del resto de los distritos analizados.
Situación educativa de niños y adolescentes
Para analizar la situación educativa de los niños y adolescentes se tomaron como referencia cuatro temas específicos de la problemática: asistencia escolar y tipo de establecimiento al que asiste; trayectorias y rendimientos educativos de los estudiantes; movilidad cotidiana de los estudiantes a las instituciones educativas; situación ocupacional de los adolescentes.
El 92.3 por ciento de los niños y adolescentes en edad escolar obligatoria, de 6 a 17 años, asiste en la actualidad a la escuela, ya sea pública o privada. Mientras que el 7.7 por ciento restante son niños o adolescentes que no se han incorporado al sistema educativo o que han desertado. Las investigadoras explican que “los partidos con peores condiciones de habitabilidad presentan menores índices de asistencia, en este caso la situación es más aguda en el partido de Moreno, seguido por el de José C. Paz”. Los hogares con menor nivel socioeconómico suelen ser los que cuentan con más chicos que no participan del sistema de educación formal.
Según los datos relevados, la mayoría de los estudiantes del nivel primario y medio de las zonas analizadas asisten a escuelas públicas: el 75.5 por ciento de los alumnos del EGB y el 65.4 por ciento de los estudiantes del polimodal. “Con excepción del ciclo inicial, a medida que se incrementa el nivel de instrucción de niños y adolescentes aumenta la presencia relativa en la educación privada. Esto confirma el deterioro que sufrió la educación pública en el nivel medio en la provincia de Buenos Aires”, explican Suárez y Palma Arce.
La realidad detrás de las cifras
Las diferencias socioterritoriales en el Conurbano están atravesadas por una estructura de oportunidades que penaliza aún más a aquellas personas que residen en los territorios más vulnerables. Así, a mayor presencia de indicadores de vulnerabilidad social, mayores obstáculos en las posibilidades de obtener recursos necesarios para la reproducción, como educación y trabajo. Las mayores distancias recorridas para el acceso, tanto a la escuela como a los lugares de trabajo, dan cuenta de estas penalidades.
Las investigadoras concluyeron que “la descripción de estos partidos permite ahondar en aspectos que estructuran la desigualdad socioterritorial del área más poblada del país. Se espera que esta caracterización sea un aporte al debate sobre el tipo de políticas urbanas que mejor contribuyan a la equidad en el área”.