7.11.10

EL DESTINO DEL CINE DE WILDE EN LA RULETA

Vecinos de la tradicional sala pugnan para que se reabra y se repare su estructura. Además de las jornadas de protesta y las cartas enviadas a la Municipalidad de Avellaneda, confeccionaron un proyecto para administrar el 3 por ciento del presupuesto comunal para salvar el edificio. El plan alternativo es mudarse a un espacio que se encuentra en Mitre y Ozami. No obstante, en el Concejo Deliberante existe una iniciativa para que allí se construya un bingo.

(Por Nicolás Sagaian/Agencia-NAN).- El tradicional Cine de Wilde representa un pedazo de historia de Avellaneda. Desde que fue inaugurado, el 25 de julio de 1945, cientos de miles de personas, grandes y chicos, pudieron disfrutar de proyecciones de producción local no comercial y hasta de grandes películas de cartelera. Sin embargo, hoy no tienen esa oportunidad: hace 19 años que el edificio se encuentra cerrado, en estado de abandono, por lo que la infraestructura se está viniendo abajo con el paso del tiempo. Entonces, con la meta final de recuperar ese patrimonio cultural del barrio, un grupo de vecinos impulsó una campaña para que la tradicional institución vuelva a abrir sus puertas en pos de devolverle vida a un espacio importante para la cultura.

Más allá de que realizaron jornadas de protesta, entregaron cartas al municipio e intentaron reunirse con las autoridades, por el momento no consiguieron ninguna respuesta. No obstante, se abrió una nueva expectativa en el horizonte, porque el grupo de luchadores presentó un proyecto a la intendencia, por intermedio del Programa Presupuesto Participativo (PPP), mediante el cual se pueden concretar una serie de propuestas con el 3 por ciento de los fondos del presupuesto comunal (casi 12 millones de pesos) distribuido según las necesidades que consideren inmediatas los mismos vecinos. La votación de los representantes zonales se hará antes de fin de año. Por eso, aún no está nada dicho.

Así, la situación está en stand by. Si bien la Comisión de Recuperación del Cine de Wilde efectuó miles de acciones para reabrir el edificio cerrado en noviembre de 1991, nunca obtuvo una solución ni consiguió que se diera algún paso certero desde la Secretaría de Cultura distrital, encabezada por Hugo Antonio Caruso.

“La postura de los funcionarios siempre fue dilatoria, a pesar de que existen dos ideas bien detalladas: abrir las puertas del lugar y reacondicionarlo o utilizar un lugar que está abandonado en Mitre y Onzani; del otro lado constantemente escuchamos: ‘Lo estamos trabajando’, ‘Lo estamos estudiando’”, comentó Federico Taboada, uno de los impulsores de la iniciativa. Y esas palabras encuentran un rápido sustento con sólo una llamada: cuando Agencia NAN se logró comunicar con el titular de la cartera, el funcionario reconoció que está “al tanto de la situación”, pero sobrepuso que “hay que esperar qué pasa con el expediente de recuperación elevado al PPP” y si es definitivamente “elegido por los delegados de cada uno de los barrios” de Avellaneda. Una respuesta que se emparenta con esas estrategias futbolísticas que se limitan a patear la pelota para adelante.

Mientras tanto, para evitar el cansancio que las idas y vueltas generan, la idea se mantiene en movimiento. En las últimas semanas, por la tarde, el grupo de recuperadores comenzó a “correr la voz” con panfletos en el conocido centro comercial de la calle Las Flores, difundiendo que en Wilde, una vez hubo un cine...

“La idea es generar conciencia sobre la importancia de este espacio y sumar mayor cantidad de gente que no está al tanto”, apuntó Taboada. Por eso, al mismo tiempo, ubicaron una mesa informativa en plena avenida Mitre y juntaron firmas, además de alentar a todos los que quisieran sumarse a la Comisión con la idea de “reflotar un lugar que le da identidad al barrio, que puede brindar talleres de filmación, de montaje, con la cooperación de profesionales, para acercar a la gente a este tipo de producción artística”. Eso es a lo que apuntan en particular, para darle vida a una antigua sala y convertirla en un lugar de encuentro.

Con esa meta, desde hace tiempo organizan proyecciones en diferentes instituciones del barrio, exhiben trabajos de directores cinematográficos que están dando sus primeros pasos y se postulan como una productora de contenidos audiovisuales.

“Intentamos fomentar a los productores independientes. En escuelas o clubes se pasan cortos de estudiantes del IDAC (Instituto de Arte Cinematográfico) y mientras difundimos la problemática para los que no están al tanto”, asegura Taboada. En ese sentido, realizaron una jornada de seis cortometrajes en el Bar Arena, enfrente a la estación de Wilde. Como todas las que hacen, la actividad fue gratuita y buscó fomentar el trabajo de la productora de Cine CW, que trabaja con jóvenes de la zona que pretenden tener un espacio de práctica y de realización en su barrio.

La productora comunitaria surgió de la mano de la expansión misma de la lucha. “Desde el día uno de resistencia, estamos filmando, editando y conectando artistas y trabajadores. La cotidianidad nos impulsa a unir fuerzas para que distintos sectores puedan expresarse y filmar para que el mensaje pueda llegar a todos”, sostiene el referente de la Comisión. Además, la constitución de una productora les permite, de a poco, juntar peso a peso para comprar cámaras e impulsar distintos trabajos en centros de jubilados, escuelas, clubes y organizaciones sociales que quieran abocarse a la cinematografía o pretendan reflejar alguna problemática en particular. El espacio funciona también como una posibilidad para conseguir lugares públicos o privados con la idea de impulsar nuevas expresiones artísticas, con una idea y un mensaje definidos que logren romper con los moldes de la cinematografía comercial.

Es que la profundización del modelo económico neoliberal y la expansión del mercado audiovisual, golpearon muy fuerte en la industria del cine. Para darse una idea de los miles de edificios de proyección que había en Buenos Aires sólo quedan unos pocos, a causa de la aparición de los shoppings, las copias de películas y la descarga archivos de Internet. La muestra más clara está a simple vista: donde antes había un cine de barrio, ahora hay un templo evangelista o un supermercado.

“Estas son cosas del progreso que incluye retrocesos. En esta lógica del dinero y el negocio, se pierde el foco verdadero del cine y esa es una cuestión central”, considera Taboada. Ejemplos hay miles. Entre algunos de los que ya informó esta agencia, el Cine de Mataderos y el Aconcagua, que siguen peleando para volver a proyectar.

Ahora a esa movida se le suma el de Wilde. Sea en Las Flores al 300 o en el edificio de la intersección Mitre y Orzani, la idea es recuperar la pantalla. Sin embargo, en este último lugar alternativo empezaron a surgir complicaciones en las últimas horas. De acuerdo a lo que pudo averiguar Agencia NAN existe un proyecto que está debatiéndose en el Concejo Deliberante para instalar un bingo en esa gran vieja mole de cemento de la familia Valian.

“El edificio está abandonado también y sólo pedimos un pedazo para poder funcionar si no se da lo de La Flores. Pero quisimos hablar con el dueño y siempre nos bicicletearon”, se queja el joven que junto a todos su compañeros de la Comisión espera que en un futuro no tan lejano la ciudad cuente al menos con una sala abierta. Para darle importancia al patrimonio fílmico local y para que los vecinos tengan una alternativa a la cartelera, proyectando películas con mayor identidad nacional.

Fuente: Agencia NAN